Es el final de la Era Edo, y el tercer año de la Era Bunkyu... La protagonista, Chizuru Yukimura, se crió en Edo y es hija de un erudito de Rangaku.
Después de perder el contacto con su padre en Kioto, Chizuru decide buscarlo.
Allí, Chizuru es testi...
Después de la pelea en la posada, pude dejar el recinto con mucho más frecuencia.
Supongo que después de lo que hice, Hijikata pensó que me había ganado un poco más de confianza. No me sentía como si hubiera hecho algo tan extraordinario, pero no estaba a punto de mirar a un caballo pateándome en la boca.
En este día en particular, estaba patrullando con Harada y la décima División.
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Chizuru Yukimura: "Disculpa... ¿Harada?"
Chizuru Yukimura: "El Shinsengumi está patrullando día y noche, ¿verdad?"
Chizuru Yukimura: "Pero... ¿Qué es exactamente lo que hacen?"
La mayoría de los hombres del Shinsengumi eran titanes intimidantes, traficantes de muerte, pero Harada era una excepción rara: cálido y amistoso.
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Sanosuke Harada: "Bueno, supongo que hacemos casi todo."
Sanosuke Harada: "Obviamente arrestamos a las personas que deciden querer probar sus espadas en la gente del pueblo, y perseguimos a las personas que roban o no pagan su comida. A veces separamos las peleas..."
Chizuru Yukimura: "¿Las personas que no pagan por su comida...?"
Sanosuke Harada: "Y luego están esos tontos que piensan que se ganarán la vida apoyándose en los mercaderes... Nosotros nos encargamos de todo eso."
No era la respuesta que esperaba. La mayoría de las cosas que hacían no eran tan...dramáticas como pensaba.
Mientras pensaba, recordé lo emocionados que habían estado todos cuando se estaban preparando para la incursión en la Posada Ikeda. Ahora entendí por qué.
Lo que habían hecho en la posada era mucho más intenso que su trabajo diario.
Un poco más adelante en el camino, un par de hombres con haoris azules del Shinsengumi nos saludaban.
