Sueño profético

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_______ suspiró, sabía que tenía que aprender a controlar esos ataques de pánico tan típicos de ella, no siempre estaría Snow para saltar a sus brazos y calmarla, en algún momento, deberá cumplir el ciclo de la vida y morir, cosa que le costaba aceptar.

Dejó a su pequeña mascota en una cama de lujo pequeña, diseñada para mascotas, luego se dirigió a su cama, se lanzó a ella y se cubrió con las sábanas, miraba el blanco y monocromo techo que se alzaba sobre ella.

—Cómo quisiera que estuvieras aquí, mamá, me ayudaría un consejo.– Dijo para sí misma antes de quedarse dormida.

Cuando volvió a abrir sus ojos esmeralda, pudo divisar su templo, pero no era como siempre, ardía en densas llamas y podía escuchar gritos a la distancia, se acercó corriendo al templo y entró, nadie parecía notar su presencia, por lo que pensó que sería uno de esos sueños donde eres espectador de lo que sucede allí.

Instintivamente subió a su habitación y abrió suavemente la puerta, podía ver a una mujer muy parecida a ella, solo que más alta y... ¿Desarrollada? y a un hombre de cabello castaño y grandes alas de un blanco muy puro.

La mujer se encontraba postrada en la cama con algo en sus brazos envuelto en una manta mientras miraba a su contrario con dolor en su corazón, el hombre, arrodillado junto a la cama, lloraba desconsoladamente mientras tomaba la mano de la mujer.

—Por favor...– Dijo la mujer mientras le entregaba al ser envuelto en la manta a su contrario.– Huye de aquí, cría a nuestra niña y enséñale a ser fuerte.

¿¡Niña!? Entonces lo que se encontraba en la manta no era ni nada más ni nada menos que un bebé, que al parecer era fruto del amor de estos dos, pero... ¿Quiénes son?

—¡No! ¡No te dejaré morir aquí! Ya pensaré en algo para parar esta guerra... Yo...– Fue interrumpido por su contraria.

—Por favor Pit, Palutena no querrá parar esta guerra, fue mi culpa por ignorar la regla de que una Diosa y un ángel no pueden estar juntos.– Acarició la mejilla de su contrario.

______ yo te amo, muchísimo, no es solo tu culpa, yo también sabía que esto estaba prohibido, pero... Cuando te vi por primera vez, aquel día en el que finalmente Dark Pit y yo encontramos este templo, no podía dejar de pensar que quería ser feliz contigo.

La jóven Diosa se sobresaltó, esto no era un sueño común, era un sueño profético, este sería su futuro, esa mujer... Era ella, y el hombre... Era el ángel de cabello castaño que acababa de llegar al templo, ese que llamó su atención desde un inicio y para colmo, su amor había causado una guerra con la Diosa de la luz.

______ estaba aterrada, no quería ese futuro, si llegaba a enamorarse de aquel ángel, no quería tener que morir y que él huyera para poner a salvo a su niña, quería ser feliz con él y ver crecer a su pequeña. Siguió observando...

—Por favor, te lo ruego... – Una bola de fuego atravesó la pared y calló a una peligrosa distancia de ambos.– ¡Huye de aquí!– Gritó mientras le asignaba el don del vuelo.

El ángel voló fuera del templo con su niña en brazos, lloraba desconsoladamente sin mirar atrás, mientras su amor se enfrentaba a la Diosa a la que alguna vez, él había servido, ambos sabían que ella moriría, pero... Ella estaba tranquila de que su hija y el amor de su vida podrían continuar viviendo.

La jóven Diosa despertó de un salto, ya era de día, ella sudaba y temblaba, hasta que un golpe en su puerta la sacó de sus pensamientos.

—Disculpe...– Dijo Nathan abriendo la puerta.– Ya está listo el desayuno, los viajeros la esperan en el comedor principal del templo.

—Sí, bajaré en un momento, gracias Nathan.

______ se bañó y vistió, se puso un vestido algo corto con mangas largas de color azul marino, con unas medias altas blancas y unas zapatillas negras, arregló su cabello en un par de largas trenzas, pusó una flor de colores azulados en su cabello y bajó al comedor principal.

Al llegar al comedor, no pudo evitar notar la mirada de el ángel de cabello castaño sobre ella, el rostro de este estaba completamente rojo y, ella al recordar su sueño, se sonrojó también.

Los saludó y se sentó junto a ellos y esperó a que les trajeran su desayuno, Snow se acurrucó en las piernas de ______ mientras también esperaba su comida.

—En fin, hemos hablado con nuestras Diosas.– Dijo el ángel de ojos carmesí para romper el hielo.– Dijeron que ellas personalmente la entrenarían para que pueda encapsular los lamentos y traerlos de vuelta aquí.

—¿Entrenarme? ¿De qué serviría? Aunque supiera controlar bien mis poderes, no podría encapsular los lamentos porque no sé cómo.– Respondió con un claro pésame la joven Diosa.

—No sabe cómo...– Analizó el castaño.– Creo que sé cuál es el problema, la profecía dice que los lamentos no pararán sus llantos hasta que su guardiana pueda callar sus propios lamentos... Entonces... Tienes que calmar los males que te aquejan.– Dijo el castaño sonriendo ampliamente.

La jóven Diosa y el ángel oscuro estaban bastante impresionados por la sorprendentemente bien analizada hipótesis del castaño.

—Entonces... ¿Que males te aquejan, _____?– Preguntó con un leve sonrojo el ojiazul.

—Bueno, no es fácil de explicar... Mi madre es la Diosa del amor, eso lleva a que me sienta acomplejada por no encontrar el amor... – Dijo con pena la joven Diosa.

El castaño se sonrojó más, “Si supieras lo que empiezo a sentir por ti” pensó para sí mismo, recordando los penosos nuevos sentimientos que descubrió que había desarrollado hacia ella la noche anterior.

—También, sufro un terrible miedo a decepcionar, como Diosa, todos tienen altas expectativas en mí, pero... ¿Y si no puedo cumplirlas? También tengo una alta dependencia a las personas que me importan, cuando era pequeña una sirvienta de mi madre se convirtió en mi nodriza y me cuidaba y enseñaba, pero fue asesinada por supuesta traición a mi madre. Desde ese entonces, soy altamente dependiente de las personas que quiero.

Así la joven Diosa les contó todos sus males y ellos escucharon con atención, hasta que por fin llegaron los sirvientes con los desayunos, pero, aún durante la comida, ella no pudo dejar de pensar en su sueño profético.
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La Diosa de los lamentos (Pit x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora