Weak Link | NamGi || Book 1#

I - Frío

Un viaje de muchos días en ayunas, sin tierra hasta donde su vista llega y un clima totalmente desfavorable es un resumen apropiado de la trayectoria que lleva hace un tiempo y antes de haber llegado a una solitaria isla a mitad de la nada. Si, hay dragones resistentes al frío, pero él no es uno de ellos. Para nada. Aunque admite que acabó aquí por puro accidente.

Namjoon -Un Stormcutter-, admite con toda sinceridad ser relativamente malo en el tema de ubicarse o hallar un rumbo exacto. Más aún si tiene hambre. Es un dragón grande, incluso para los demás de su raza y para ninguno resulta sorprendente que él sea un Alpha. Prácticamente gorgoteo de alegría al ver una isla a mitad de esta zona tan fría.

Camina por el terreno dando tumbos de tanto en tanto para que su inconsciente pasajero no se cayera de su lomo. No es tan complicado, pero lo hace pensar en que hacer ahora que literalmente no tiene rumbo y parece haber llegado a una isla desierta a mitad de la nada. Al menos hay mar y está seguro de que algo podría pescar para comer. Resolver uno de los problemas importantes no viene mal.

Y más aún cuando hay tantas y sospechosas cestas llenas del mismo. Dejó a su pasajero junto a un árbol, con una pata quitó la cubierta y metió el hocico entero en la cesta devorando. Estaba muriendo de hambre, gracias a lo que sea que-

— ¡HEY!

Rugió a quien lo empujó y se llevó una sorpresa del tamaño de una montaña por ver a un Dragón de su misma especie, pero... Pequeño. Muy, muy pequeño ¿Esto es posible? Jamás ha visto a alguien así con ese tamaño. Podría aplastarlo con solo echarse encima suyo. Sus escamas son terriblemente llamativas y está crispado en posición de lucha.

—Puedo reponerlo si eso quieres. Tengo como una semana entera sin comer nada—da cautelosos pasos en círculo para seguir el contacto entre ambos—. Calma- ¡TRANQUILO! —No es partidario de usar su voz de Alpha en alguien más. Lo molesta tener que hacerlo, pero...

No sirvió de absolutamente nada.

—A menos que te tranquilices te voy a matar.

Logró ponerse sobre él y presionar con una pata su cuello, enterrando superficialmente sus garras. El más pequeño le rugió y siguió pataleando un buen rato hasta que finalmente se calmó. Las cuatro alas dejaron de batirse y alzar tierra. Namjoon dio un prolongado suspiro y giro la cabeza ciento ochenta grados.

—Soy Namjoon. Estoy de paso si es lo que te preocupa. Este lugar apesta a ti... ¿Me vas a decir tu nombre?

Estuvo en silencio hasta darse cuenta de que no iba a poder quitárselo si no respondía.

—Yoongi.

—Vale—Yoongi se levantó del suelo. Se sacudió la poca tierra y nieve adherida a su piel—. Lamento lo de tu- ¡NONONONO, ESTA HERIDO, ESTA HERIDO!

Yoongi lo vio irritado por el escándalo que forma. Pasó de largo al dragón inconsciente, tomar con cada una de sus alas las cestas llenas de alimento y arrastrarlas.

Namjoon se apresuró en montar a su pasajero en su lomo y perseguir a Yoongi. Llegó hasta un pequeño claro que da a una cueva llena a reventar de cestas llenas de pescado y demás alimentos.

A pesar del molesto aroma de Yoongi fuertemente impregnado en todo el lugar empezó a olisquear y curiosear. No pudo resistirse a comer una de las cestas aun cuando sus movimientos bruscos tiran las demás.

Ambos se rugieron y amenazaron cuando Yoongi lo mordió.

— ¡Estás desordenándolo todo! —recogió las alas al lomo—. Eres demasiado grande. Fuera.

Su forma de hablar es demasiado perezosa. Prácticamente lo adormece el solo hecho de escucharlo. Con torpeza salió de la cueva y tomó sitio frente a una fogata algo pequeña tras acomodar a su pasajero.