[1] Acercamiento

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"Ojos que destilan calor."

Sangre  era todo lo que podía percibir

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Sangre era todo lo que podía percibir.

Si hubiera algo que a Tanjiro de verdad le irritara su agudo sentido del olfato, eso era aquel líquido viscoso que emergía de los cuerpos recién mutilados por algún demonio. Pero le resultaba aún más irritante —porque él lo sabía, podía esforzarse aún más— el hecho de no llegar a tiempo para salvar a las personas de una horrible muerte. En muchas ocasiones deseó ser más rápido y no pasar por la sensación desgarradora de ver sus rostros sin vida, pero aún así, aterrados de sobremanera.

Esta era una de esas ocasiones.

El olor a una muerte hórrida abrumó todos sus sentidos y, el jadeo que dejó escapar su acompañante al ver a más de diez personas muertas —entre ellas varios infantes—, le hizo corroborar que, efectivamente había sido a manos de un demonio, el cual había desaparecido sin dejar rastro alguno.

—Si no fuera porque Muzan está muerto, juraría que él estuvo detrás de esta masacre.

Aquellas palabras lo hicieron tragar saliva con pesadez. Kanao aún seguía con la vista posada en un cadáver en especial, manteniendo el ceño fruncido, como si no comprendiera porqué el demonio que había hecho esto se había largado sin devorar los cuerpos; empero, con una fuerte corazonada manifestada en aquella frase dicha.

Y Tanjiro tenía el mismo mal presentimiento. Si bien, los demonios llevaban las células de Muzan corriendo por sus venas, el olor del mismo debió haber desaparecido en el momento de su muerte. Si hubiera la más mínima posibilidad de que el demonio mayor siguiera vivo y fuera el dueño de aquel olor nauseabundo, entonces Nezuko...

—Ella está afuera, revisando los alrededores —la fémina cortó el hilo de pensamientos que comenzaban a inquietarlo—. No te preocupes, parece ser que no hay ningún demonio cerca.

—Kanao... —Llamó. La aludida le dio un asentimiento, atenta a lo siguiente que tenía por decir—: ¿tú crees que Muzan-?

—¿Siga vivo? —Completó como si nada. Tanjiro asintió con la cabeza gacha—. Todos lo vimos desintegrarse bajo el sol. Él pereció, tú mismo lo escuchaste decir sus últimas palabras... ¿Cómo puede ser posible que ese bastardo siga vivo, después de que fuimos testigos de su muerte?

El chico levantó la cabeza, notando la voz amarga de su compañera. Entonces la observó mejor. Ella se mordía el labio inferior con fuerza y apretaba demasiado el mango de su katana... Aquello no hizo más que darle la razón. Estaba asustada.

—Quisiera decirte que es así —continuó, él solamente atinó a arrugar el entrecejo—. Pero algo dentro de mí me dice que no es verdad, que debemos tener absoluto cuidado a partir de ahora y...

Calló de repente. No tenía ningún sentido seguir hablando de un tema que a ambos les resultaba desagradable de digerir, pero que aún necesitaban corroborar; Tanjiro vio en los ojos de Kanao la misma angustia que él sentía en ese momento. Fue entonces cuando supo que no se trataba de un simple presentimiento. Había algo más, algo que no se atrevía a imaginar.

Posibilidad | GiyuNezuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora