Dolor Dentro Del Corazón. *Thorki*

Capítulo VII

"Bueno, ¿estás listo?" Dijo Sam, con una mano en la manija de la puerta.

Loki se arregló el enorme cuello de piel de su abrigo largo, se alisó el cabello, todavía húmedo por la ducha, y se puso las gafas de sol, aunque era de noche, realmente odiaba los destellos en sus ojos. Si lo hizo parecer una gran diva , que así sea.

El bullicio afuera en la calle era un estruendo constante, con montones ocasionales de histeria cuando uno de los otros miembros del elenco salía. Este tipo de cosas aún lo ponían ansioso. Incluso después de tres meses, no estaba acostumbrado. Bueno, por supuesto que no lo estaría, ya que esta manía de la puerta del escenario parecía crecer y volverse más salvaje cada jodida semana. Había aprendido a manejarlo, pero no lo disfrutaba.

De todos modos, tenía que hacerle. Había gente allá afuera que había cruzado un océano para verlo. Seguramente podría salir e firmar su maldito nombre en algunas fotos, ¿verdad?

Una última mirada en el espejo. Él asintió para sí mismo.

"Listo."

Sam abrió la puerta. El rugido aumentó varios decibelios. Los destellos explotaron por todo el lugar. Incluso con las barreras, siempre parecía que la gente se estaba acercando a ellas.

Sigue la Rutina, Loki, enfócate. Hay una valla. Seguridad justo ahí. Sam justo aquí. Mira las caras No es una mafia, son personas, niños y niñas, nada más. Haz un Guiño y se desmayarán. Simplemente escribe tu nombre en las cosas, di gracias. Eso es. Buen chico. ¿Ves? No es tan dificil. Son agradables, les gustas. Simplemente están demasiado emocionados. Respirar. Estás bien.

"¡Loki! Loki! ¡Oh Dios mío! Loki! Loki por favor aquí! ¡Por favor, Loki!"

Loki asintió y agradeció las promesas de devoción y los comentarios entusiastas sobre su actuación, garabateó su nombre una y otra vez y mantuvo su respiración bajo control.

Finalmente, el puto auto, sí. Sam le estaba sosteniendo la puerta, bendito sea.

Dios sabe por qué, esa figura oscura al otro lado de la calle llamó su atención.

Thor

Justo allí, de pie con las manos unidas frente a él, como un niño en la iglesia o llevado ante el maestro de escuela, con una gorra tejida negra para ocultar su melena dorada.

Loki se quitó las gafas de sol, lentamente, apretandolas con la mano, queriendo asegurarse de que estaba viendo lo que estaba viendo.

Thor sostuvo su mirada. Él solo estaba allí. A cinco pasos, diez en el mejor de los casos. Justo aquí. Thor él mismo, con su piel dorada y abundante.

"¿Estás bien, Loki?" Dijo Sam, con una mano suave sobre su hombro.

Loki no estaba bien. Se puso las gafas de sol y se metió dentro del auto, su corazón latía con locura.

"Ve, ve, ve", dijo Loki, sintiéndose enfermo. "Llévame a casa."

En el camino al departamento, pasaron por al menos tres salas de cine con fachadas completas de la última película de Thor Odinson, una adaptación intransigente del brutal y arenoso Blood Meridian de Cormac McCarthy , una especie de Heart of Darkness / Apocalypse Now ambientada en el desierto mexicano . Ya se hablaba de los Oscar con su nombre. Thor parecía demacrado, desgarrado y desesperado en los enormes retratos pegados en autobuses y vallas publicitarias. Loki se había tenido que acostumbrar a ver su rostro así, más grande que la vida, y no habría pensado que se vería tan afectado en la realidad.