cap 8:Clase de duelo

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Narra Hermione

Había pasado un día desde la clase de pociones.

Después del almuerzo me dirigi al despacho de Dumbledore.

Toco suavemente la puerta y escucho un pase, entro y lo encuentro sentado leyendo unos papeles.

— Oh, Hermione ¿Necesitas algo?— Preguntó amablemente.

— Venía a agradecer por los regalos — dije con una sonrisa.

— No es nada, ¿Algo más?

— Si, le quería pedir un favor, me di cuenta que las mujeres tenemos que ir a clase de modales, en vez que a clase de duelo, hecho que me parece muy machista— dije algo molesta

— El ministerio dice que debe ser así, pero yo sé que las mujeres son igual o más poderosas que los hombres— comentó—, te puedo dar un permiso para que asistas a la clase de duelo.

Agradezco y salgo con el permiso en mi mano.

En el camino me encuentro a Druella y Eileen hablando.

— hey, Hermione te estábamos esperando para clase de modales— dijo Druella

— Tú la estabas esperando, yo estaba de pasada para ir a esa aburrida clase— explico Eileen rodando los ojos— ademas la señorita White, es una mujer de lo más desagradable.

— Bueno por suerte el profesor Dumbledore me firmó un permiso para ir a clase de duelo— dije

Ambas me miraron con los ojos como platos.

— Pero las mujeres no podemos ir a esa clase.

— Pero parece que ahora sí, Rosier— añadió con tono aburrido.

— Si quieren ir a la próxima, puedo pedir un permiso para ustedes— comenté

— Te acepto la propuesta Méndez— dijo con un brillo en los ojos— siempre me llamó la atención duelo y después de todo mi padre es buenísimo en duelos.

— Yo no puedo, mi madre cree que tengo que ir preparándome para ser una esposa ejemplar— contestó con tono apagado Druella

Luego de conversar con Druella y Eileen me voy al salón de duelo.

Cuando llego toco la puerta y un señor de tez morena y cabello castaño me abre la puerta.

— La clase de modales está derecho a la izquierda— sin más el hombre me cerró la puerta en mis narices.

Golpeo indignada de nuevo y cuando abre dije.

— De hecho estoy en la clase correcta — le muestro el permiso.

Todos los ojos se posan sobre mi, sobretodo la de Riddle quien me mira con suma curiosidad.

— Bien alumnos, la señorita Méndez tomara las clases de duelo— explico algo molesto— por qué no le damos la bienvenida con un duelo, para que demuestre si es digna o no de estar aquí— Propone— ¿quién será su oponente?

— Yo, profesor Magnus— dijo el hurón

«Cuando no un malfoy queriendo destacar»

El profesor asiente y con un movimiento de varita aparece una tarima de duelo en el centro del salón.

Ambos nos subimos a la tarima.

— Seré cuidadoso...— susurro Malfoy cerca de mi

— No necesito tu caballerosidad — dije secamente.

— ¡Comienzen!— exclamó el profesor.

Desmaius — grita Malfoy haciendo que un rayo de luz salga de la punta de su varita

— protego — con un hechizo no verbal logro formar un escudo que deja sorprendidos a todos— ¡Bombarda!

El hechizo impacta directo en Malfoy y sale volando hasta chocar con la pared.

Este se levanta molesto y dice.

— Rictusempra— en un segundo de distracción caigo de trasero.

«Estúpido hurón albino»

— Confundus — el hechizo le da dejándolo confundido— ¡Expeliarmus!

Cómo respuesta obtengo su varita dejándolo molesto por ganarle.

Me bajo de la tarima y todos me aplauden hasta el profesor.

— La subestime señorita Méndez, ¡20 puntos para Slytherin!— exclamó él profesor.

Fleamont se acerco a mí

— Le diste una lección a Malfoy, Mione — dijo divertido Fleamont

Al escuchar que me dice Mione me dan unas ganas de abrazarlo, solo Harry me llama así.

Le sonrió a modo de respuesta pero se borra cuando veo a Riddle acercarse a nosotros.

Fleamont se disculpa y se va a paso rápido.

— Méndez, veo que eres buena en duelos. Por lo menos una mujer que se sabe defender— dijo el Slytherin.

Lo miro molesta

— No creo ser la única, es solo que las demás chicas no tienen la oportunidad de venir a esta clase, ya que supuestamente solo hombres se permiten aquí— respondí indignada

Tom bufo

— Nadie a demostrado lo contrario.

— Pues yo creo que tendríamos que cambiar eso para que dejen de creer que las mujeres tenemos que ser unas muñecas de porcelana que se pasa todo el día en casa— dije molesta

Me gire sobre mis talones y me voy a la siguiente clase.

Dejando así a Tom con una sonrisa y un brillo en los ojos.

Por la actitud de nuestra castaña...

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La Luz en mi Oscuridad (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora