Almas Reencarnadas [Harco]

La mansión Malfoy

Harry pasó los siguientes dos días sumido en terribles pesadillas donde revivía la muerte de sus padres. Al tercer día acabo despertando. Se sentía completamente agotado. Notó que en la frente tenía un paño húmedo y enseguida pensó en Draco y aquél día que le había visitado a escondida en la enfermería y le había robado un beso.

- ¿Draco? - Preguntó aún somnoliento

- No Harry. Soy yo Hermione.

Harry abrió los ojos de golpe recordando lo que había sucedido en Godric's Hollow. Esperaba que al abrir los ojos Draco siguiera al lado de Hermione y todo hubiera formado parte de sus pesadillas, pero no era así. Hermione estaba sola y se dio cuenta de que en su mesilla de noche descansaba la varita de Draco. Todo habías sido real. El profesor Lewis le había engañado y Draco seguía muerto. Ron les había intentado advertir una y otra vez y no le habían hecho caso. Y por eso se había ido dejándoles. No. Espera. Eso último no tenía sentido. Ron no se habría ido sabiendo que se encontraban en peligro. Se incorporó enseguida ignorando el mareo.

- Hermione, ¿Dónde está la varita de Lewis?

- Si quieres comprobar los últimos hechizos realizados con las varitas ya lo he hecho yo, tranquilo.

- ¿Y?

- No había ningún hechizo mortal en ninguna de las dos varitas. En la suya sólo había un hechizo de desarme. Tuvo que ser cuando desarmó a Ron porque no le hemos visto usar la varita.

- ¿Y en la de Draco?

- Eso era extraño.

- ¿A qué te refieres?

- ¿Recuerdas cuál era el último hechizo que usó Malfoy?

- El hechizo de desarme que uso con Dumbledore. -dijo Harry tras pensarlo un rato.

- Pues no es ese el último hechizo de la varita.

- Alguien debió usarla tras él.

- Si es probable. -dijo Hermione.- Seguramente es eso. Pero mira.

Hermione sacó su varita y apuntó la de Malfoy. Priori incantatem. De la varita de Draco salió un pequeño dragón plateado que dio un par de vueltas alrededor de ella antes de desaparecer. Harry se lo quedó mirando sorprendido. Entendía que veía de extraño Hermione pero estaba equivocada.

- No sé quién ha usado la varita de Draco desde el fin de curso anterior, pero alguien lo ha hecho.

- Alguien que tiene un patronus en forma de dragón. El expecto patronus es un hechizo muy complejo. ¿Quién usaría una varita que no es la suya para invocar un patronus?

- Alguien que se encontró un dementor y solo tenía a mano la varita de Draco. Alguien que se le daba realmente bien ese hechizo.

- Tienes razón. Es lo más lógico.

- Al menos estamos seguros que no uso ningún hechizo mortal. Ron ha de seguir vivo.

- Eso espero. Que siga vivo. Deberíamos haberle escuchado. -Harry miró a su alrededor. - ¿Y mi varita?

- Sobre eso... - Hermione bajó el rostro.- Lo siento Harry. Lancé una maldición que rebotó.

Hermione cogió de una mesa tras ella la varita de Harry y se la mostró. La varita estaba partida en dos. Harry la cogió, pero no notó ninguna sensación. Como si estuviera muerta. Había sido su varita desde el principio. Le había acompañado. Ayudado a aprender todo lo que sabía. Pero una parte de él siempre había odiado que el centro de la varita fuera idéntico al centro de la varita del mago tenebroso que había asesinado a sus padres. La dejó a un lado y cogió la de Draco. No se sentía como la suya, pero si la usaba al menos sería como si Draco hubiera luchado con él hasta el final. Por un momento pensó que si la usaba haría desaparecer el rastro del último hechizo. El pequeño dragón plateado. Pero enseguida cogió la varita con firmeza. No más esperanzas estúpidas. Nunca más. Solo eran una debilidad de la que el enemigo se aprovechaba. Apuntó a un sitio vació de la tienda y dijo: Expecto Patronum. Un ciervo plateado salió de la varita y tras aparecer se acercó a Harry que le acarició. No era tan potente como con su varita, pero no había sido difícil conjurarlo como imaginaba.