꒰ O15 ꒱

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Estaba en un trance. ¿Qué pasaba con él? Solo había sido un roce, un roce que pensó de algo más. No, no existía un algo más, solo un roce en su mejilla con algo de presión. Era eso, no algo más.

Pero ¿Por qué estaba tan acelerado? Dios, no lo sabía y su corazón latía tan rápidamente. Eso lo hacía sentirse un poco asfixiado y bien, pero- estaba mal ¿No? TaeHyung es su jefe y solo fue una muestra de cariño. ¡Una muestra de cariño! ¡Dios eso sonaba muy mal!
Un poco aturdido entro a su hogar.

Uff, lo extrañaba. Demasiado como para mentir sobre eso y aunque no recuerda ni menos de la mitad de la noche con su jefe, no importaba dar más al caso. Ya estaba en su hogar y vería a su felicidad, su querida bebé Nayeonnie.

Tomó sus llaves y las puso en su lugar. Estaba nervioso pero feliz. Muy feliz, no solo porque vería a su bella hermanita, sino porque se acercaban sus vacaciones. Esas de una semana las cuales agradeces mucho.

Así tendría más tiempo de estar con Nayeon y tal vez buscar a Somi.

Somi.

Esa pequeña criatura la cual amaba con todo su ser. Somi y Nayeon eran su mayor fuente de felicidad, eran sus razones para seguir adelante y no mirar atrás, sin ellas no estaría completo.
Porque ante todo primero van Nayeon y Somi.

Y abrió la puerta rápido, cerrando de esta de igual manera. Aturdido y sonrojado, bastante sonrojado al recordar el beso.

¿Cómo podría estar bien? Su mejilla era ese punto tan pero tan dulce, tocar eso le gustaba y le hacía recordar y temer. Porque temer era su primera opción.

Miró por delante como JiMin y Nayeon lo miraban confundidos, suspiró tranquilo y desconcertado. ¿Once de la noche y Nayeon no se ha ido a dormir?

Park soltó una risa, acompañada de su hermana. Ambos tenían la sala hecha un desastre, bolsas de chucherías, varias películas a un lado y... Un momento... ¿Ese era su helado de vainilla?

Claramente no se pueden dejar solos por un tiempo.

— Wow y ¿A ti qué te pasó? Pareces un tomate — JiMin soltó una risa silenciosa junto a Nayeon. Ver a JungKook con las mejillas rojas y tocándose la mejilla izquierda era un tanto divertido.

El azabache no supo que hacer y se quedó quieto viendo como Nayeon se acercaba a él con una linda sonrisa.

— Jungkookie — Soltó suavemente la tierna chica y JungKook pasó su mirada a ella — Tío Mochi y yo íbamos hacer galletas ¿Quieres? — Nayeon sonrió suavemente hacía su hermano y JungKook le devolvió la sonrisa agarrando las mejillas de la castaña, para asentir cargando a Nayeon.

Sin dudas esa sonrisa podía arreglar todo. Esa sonrisa que ama ver, esa sonrisa que hizo desaparecer sus momentos incómodos y centrarse en la realidad.

JiMin abrió los ojos ante la fuerza que JungKook tenía, pues si lo pensabas mejor; Nayeon no tenía ya diez o seis años, Nayeon era un adolescente de quince años y no le cabía la forma tan normal en que la cargó como una princesa.

Tal vez que reconsidere el bajo peso de Nayeon o la extrema fuerza de JungKook, pero... ¿Y la estatura? Los Jeon eran altos y Nayeon también lo es, hablando de los casi 1.78m de JungKook y él pues... Él tenía salud.

¿Cómo carajos Nayeon no salió a su madre?

Pero ya comenzaba a cuestionarse mucho, así que dejó sus pensamientos atrás. Era una buena forma de no divagar tanto a las cosas, pero a lo que iba a divagar bastante era el por qué su sobrino mayor había llegado tan sonrojado. Ya que sabía que JungKook no diría nada, con la presencia de Nayeon.

un novio para Kook¹ | taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora