Capitulo 17

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Lo que sucedió al día siguiente no lo esperaba, tanto que termine por caerme de culo al piso...

El ruido de la cocina no me deja dormir,ya me he dado la vuelta cientos de veces y aunque pienso que es otro de esos sueños realistas en los que estoy en la cocina con Ken y los chicos, el ruido no cesa, las noticias de la noche anterior habían estado muy informativas y de repente eso se convirtió en lo que necesitaba para levantarme de la cómoda cama y salir hacia las habitaciones de los niños, entre a la de Ian y mi hermoso niño dormía profundamente, sonreí y acaricie su cabello, cuando salí de su habitación, el  ruido habia cesado, pero aun asi seguí visitando las habitaciones de mis niños.

Liam, se removía en su cama y me acerque para volver a arroparlo cómodamente, deje un beso en su frente y seguí a la habitación de los mellizos, los dos dormían cómodamente en sus cama-cunas y sonreí al pensar en que esa vida era hermosa pero en los últimos dos pronto 3 años, habia faltado una parte muy importante en ella, para que fuera lo mas real a la perfección, sonreí y camine de regreso a mi habitación y tome el bate de baseball de Ken.

[...]

Con mis pantuflas de conejo, una coleta de caballo sujetando mi cabello y el bate de Ken en mis manos, bajo silenciosamente las escaleras, cuando un olor muy familiar se hace  presente y sin darme cuenta dejo caer el bate y camino a la cocina.

«Estoy soñando, no puede ser que este olor tan único y especial lo pueda tener alguien mas» pienso y si, pueden llamarme fetichista de olor y lo que quieran pero nada ni nadie huele como lo hace Kenneth Cox y ademas sus pancakes tienen una particular esencia.

Al llegar a la cocina, la imagen que veo va directo a mi corazón, mis ojos y mi cuerpo, mi corazón se acelera, mis ojos comienzan a a aguarse, mis piernas tiemblan y mi cuerpo se pone en alerta, mis pezones se endurecen, mis piernas se aprietan la una contra la otra frotándose para darme un poco de calma y de pronto las piernas me fallan y caigo de culo al piso.

« Madre mia, que ostiazo el que me he llevado» pienso con una sonrisa en mi cara  y justo en ese momento, el hombre de pantalones militares, con el torso y espalda tatuados se gira a mi con rostro de preocupación y corre para ayudarme a levantar, me siento como en una nube, por que sabia que estaba vivo, pero verlo y sentir su toque lo hace mucho mas real, siento como si fuera esa chica adolescente a punto de tener su primera vez, sonrío a mi esposo y el hace lo mismo.

— Ken (digo acariciando su rostro, mientras el cierra sus ojos ante mi toque), se siente tan real que tengo miedo de despertar y ver que ha sido todo un sueño — digo y el acaricia mi rostro devolviendome el gesto.

— Me siento exactamente igual pequeña, no sabes lo mucho que te he extrañado y si esto es un sueño, al menos vivamos lo que dure — dice uniendo su frente a la mia y luego uniendo nuestros labios en un desesperado beso, mi cuerpo le acepta y mis manos no tienen suficiente, parecen no saber si quiera adonde ir porque quiero tenerlo TODO completo  — Sara...No, no toques allí, nena, acabas de levantarte y no quiero despertar a los chicos — dice con la voz agitada pero tan extasiada como la mia, se que quiere lo que yo.

— Esta bien, justo ahora duermen (digo elevando mi rostro para mirarlo a sus ojos), te necesito Ken,honesta, desesperada y salvajemente te necesito han sido mas de dos años sin ti, viviendo en la agonía del saber si estabas vivo o no y justo ahora te tengo y si despierto quiero saber que al menos tuve todo de ti otra vez — digo haciendo una pausa en medio de las lagrimas que se forman en mis ojos.

Vuelvo a mirar a mi esposo y me aterra ver las cicatrices y heridas aun recientes que hay en su cuerpo, esta un poco mas delgado y mi corazón siente morir — Ken, justo ahora seré la mujer mas egoísta del mundo amor, NO se por lo que has pasado (digo y siento sus músculos tensarse) y no quiero saberlo, pero lo que si quiero es que me HAGAS el AMOR, ¡Maldita sea Ken, no me importa como lo hagas solo quiero sentirte y quiero saber que estas cerca! — digo, lanzándome a sus brazos y este me sujeta poniéndome sobre la isleta de la cocina.

Siento como apaga los fogones que tenia encendidos y vuelve a centrarse en mi — Joder Sara, ¿por que me lo pones asi? (dice acariciando mi rostro),nena, yo también te necesito y se que tienes una clara idea de como me siento, Sara, te amo y cada segundo lejos de ti fue un maldito calvario para mi — dice pasando sus manos por dentro de mi bata transparente y dejando besos húmedos en mi cuello, mi mano va a la bragueta de su pantalón militar y puedo sentir lo duro que esta.

Para ser honesta, desde la primera vez que estuve con Kenneth sabia que me generaría una extraña adicción a el, pero no me importa SIEMPRE y cuando yo sea la única mujer con la que el no pueda controlarse, la única con la que el quiera estar siempre y por siempre, quiero que me tome en cada una de las maneras que solo el sabe, MI SOLDADO, MI QUERIDO SOLDADO, como deseo que cada cosa que piense el la sepa.

« Estoy muy caliente, solo el me pone asi»

No, tu otra vez 

« ¡Cállate cariño! Déjame gozar también»

Ya, sigues siendo yo, asi que ningún problema, pero ataquemos juntas 

Rio en medio de los besos por mis ocurrencias y siento como el pene de Ken palpita libre en mis manos, me encargo de bajar de una sola vez sus pantalones y siento sus labios y boca en cada rincón de mi cuello, mientras masturbo su pene en mis manos, mi vagina este húmeda y empieza a contraerse con necesidad, el sigue besándome sin detenerse justo allí en ese punto de mi clavícula y regresa a mis labios.

— Joder Sara, NO puedo mas, necesito estar dentro de ti pequeña — dice haciendo que mi vagina se lubrique aun mas ante su demanda, sus labios van a mi oreja derecha — Sara, voy a tomarte, voy a meterme profundamente en ti y voy a llenarte por completo de mi ¿entiendes? — dice abriéndose camino entre mis piernas y con sus manos fuertes acaricia mi palpitante centro haciendo que me sonroje.

— ¿Por que tan tímida nena? ¿te preocupa que sepa como te excita estar conmigo? — dice con una sonrisa de satisfacción, yo lo miro con mi cuerpo mas que listo para recibir sus atenciones, su cuerpo sigue siendo fuere e imponente pero sus cicatrices y heridas merecen ser amadas, el sujeta mi mentón y me mira a los ojos — Sara, esta vez NO me iré, NO volveré a dejarlos, mejor ¡JAMAS volveré a dejarlos! — dice entrando lentamente en mi interior.

El aire escapa de mis labios al momento en que lo siento en mi interior y mis piernas se abrazan a su cintura — Escúchame bien Kenneth Cox, me encargare de que cumplas tu palabra ¿entiendes? porque yo NUNCA te dejare volver a marchar — digo, mientras el empieza a moverse y ambos nos damos el amor y el placer que no sentíamos hacia mucho.

Agradecí a Dios por que ninguno de los chicos se despertara con hambre y bajara a la cocina como tenían por costumbre, por que fueron poco mas de tres horas lo que estuvimos allí juntos, sin querer despegarnos del cuerpo del otro, hasta que terminamos en la alfombra de la sala.

SOLDIER HOMECOMING (A Soldier's Lovers Series Story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora