Eternal Sins

Prólogo

Era un día caluroso en las calles de eternal, todo el mundo parecía tranquilo, las calles infestadas de automóviles, gente desesperada por llegar temprano a sus hogares, personas disfrutando del día con una bebida refrescante, y yo estaba muy feliz porque por fin me había graduado en procesos avanzados de investigación.

Es solo una carrera en la que ayudo a analizar crímenes, o bueno eso fue lo que me enseñaron en la facultad, no sé muy bien lo que me espera más delante.

Eternal es una ciudad un tanto complicada en cuestión de asesinatos y crímenes, por una extraña razón, se rumora en las calles que todos los criminales en esta ciudad, son inmortales.

Los buscadores simplemente no pueden matarlos, lo han intentado, con o sin intención, pero es imposible, no importa cuántos años los metas en una maldita celda, tarde o temprano encuentran la manera de escaparse y vuelven a hacer sus atrocidades en las calles.

Por eso es que decidí que debería estudiar, para un día poder estar en el cuerpo de investigaciones de los buscadores, y terminar con este maldito asunto de una vez por todas, sé que no será fácil, pero odio estarme levantando día con día para encontrar cuerpos descuartizados en el subterráneo, suicidios en masa en las escuelas, cuerpos de mujeres violadas en las calles, algunas otras colgadas en los edificios con mensajes tan estúpidos como "Se lo merecían".

Por mi mente a veces simplemente pasa un deseo vago de matar a todos esos hijos de puta, pero por suerte ese pensamiento no perdura, ya que me hace pensar que terminaré siendo igual que ellos.

Todos en mi familia se oponían a que estudiara esa carrera, ya que es un tanto peligrosa, llena de muertes y una vida no muy placentera, una vez estando en el ambiente "laboral", es un empleo muy bien pagado y la razón de esto es porque es el trabajo más peligroso en esta ciudad.

Existe una cantidad impresionante buscadores que mueren al año, por eso nadie quiere ese trabajo, en mi salón de clases solo había 12 personas y la mitad de ellos se arrepintieron al conocer lo crudo y vil que puede ser el mundo para un buscador.