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Cho Seungyoun jamás había creído en esas cosas de la suerte o los horóscopos, él era más de la idea de que cada cosa que a uno le pasaba en la vida era el resultado de otra acción. Así había terminado la universidad y por desgracia así había perdido su empleo. Por lo que no creía eso de que Lee Hangyul era un “amuleto de la mala suerte” Si existiera, entonces el conocerlo no habría sido resultado de la mala suerte.

Se encontraba ya con su ropa normal y con el uniforme en mano, miraba a Lee Hangyul de lejos. Este estaba alimentando a cuatro adorables pingüinos y lo hacía mientras les hablaba y sonreía, algo que Seungyoun admiraba de alguien era la pasión y amor que demostraba en lo que hacía, y sin duda podía decir que Lee Hangyul amaba su trabajo.

Corrió hacia él al darse cuenta que al intentar salir del hábitat su pie se atoro en un agujero y luchaba por salir.

“¿Te ayudo?” Pregunto Seungyoun mientras pensaba en la manera de ayudar al chico.

“Si, deja recargarme en ti…” Hangyul puso ambas manos en sus hombros y continúo jalando su pie, en el momento en el que Seungyoun quiso acercarse más para que Hangyul tuviera más oportunidad de recargarse, el veterinario jalo tan fuerte que fue a darle un rodillazo a la entrepierna de Seungyoun. “Oh por dios, lo siento tanto.”

Una vez que Seungyoun pudo respirar y ya pudo caminar, salieron del zoológico. Hangyul le conto sobre como su superior diariamente lo retaba y le hacía mil preguntas antes de dejarle hacer algo, Hangyul recientemente se había graduado de la universidad y este era su primer empleo así que Seungyoun entendía porque tanta presión por parte de su superior, así eran siempre las personas con el nuevo talento.

Por un momento había olvidado el asunto de la “suerte” cuando un grupo de adolescentes que iban en sus bicicletas se interpuso en su camino y una de ellas iba directo a arrollar a Hangyul, Seungyoun haciéndose el héroe lo empujo lejos y la bicicleta termino arrollándolo a él. Aunque sintió que una de sus costillas se había roto Hangyul lo descarto luego de explorar la zona.

Como recompensa a los incesantes traumas que Seungyoun había sufrido ese día, fueron a comer a su restaurante de carne favorito. Tras hacer su pedido miro como Lee Hangyul se quitaba sus anteojos.

“Luces bien.” Le dijo sin pensarlo.

“¿Qué?”

“Luces bien sin anteojos… Ósea también luces bien con ellos, pero sin ellos eres como wow” Hangyul se rio y negó con la cabeza. Dejo unas cosas sobre la mesa y Seungyoun como el curioso que era tomo las tarjetas que tenían a dos curiosos pingüinos dibujados en ella. “Una muestra de cortejo entre los pingüinos es regalar la piedrita más hermosa que encuentren, si el otro la acepta, significa que lo acepta como su pareja.”

“Ah eso. Son tarjetas que me dio mi superior, dice que debo leerlas para no dar información falsa a los visitantes. Sin embargo, nunca las leo. No me gusta la redacción.”

“¿Ah no? ¿Y por qué?”

“Porque yo no usaría esas palabras. ¿No crees que ese es un dato curioso muy bonito y como tal deberían usarse otras palabras para darlo a conocer?”

“¿Qué palabras usarías tú?”

“Mmm... Cuando un pingüino encuentra a su pareja ideal, busca por toda la playa el guijarro perfecto para dárselo a ella. Se inclinaría y la colocaría justo al frente suyo… Si ella toma el guijarro entonces eso es un si al quiero estar contigo para toda la vida.”

“¿Cuál es la diferencia a estas tarjetas?”

“Que una piedra la puedes encontrar en cualquier parque, pero un guijarro es el resultado de una piedra que ha sido tocada por el agua y ha adquirido características morfológicas distintas. Los pingüinos no regalan piedras cualquiera.”

“Ok, no entendí, pero está bien. Es lindo. Entonces ¿Tus animales favorito son…?”

“Los pingüinos, sí.”

“¿Por qué?”

“Para empezar, son adorables a diferencia de otros animales nadie nunca ha tenido malas experiencias con ellos al menos no experiencias mortales. Reconocen a sus parejas y crías por medio de la voz, lo cual es genial y personalmente me ayudaría mucho ya que olvido caras muy rápido. Son monógamos. Sus colores además de elegantes son para camuflujearse. Son igual de organizados que los lobos y por si no lo sabías el 25 de abril es el día mundial del pingüino.”

“El loco de los pingüinos así te llamare.”

“¡Oye!”

“Su pedido señor” Seungyoun al querer darle espacio al mesero para que dejara su orden, empujo un poco la charola y termino tirando sobre sus piernas el caldo caliente de su platillo.

Al igual que un pingüino, estaba seguro que Lee Hangyul jamás olvidaría como se escuchaba un grito suyo.

🐧❤🐧

De alguna u otra forma, juntos consiguieron llegar a un supermercado donde Hangyul le compro unos pantalones. Aunque el chico insistió en que le pediría un taxi Seungyoun le dijo que lo llevaría a su casa y después ya tomaría dicho taxi.

Lee Hangyul vivía en una bonita casa, con un bonito jardín donde lo esperaban dos hermosos perros. Uno era un shina inu y el otro un husky siberiano.

“También te gustan los perros.”

“Comencé siendo veterinario por mi amor a los perros. Oye siento lo de hoy…”

“¿Lo de hoy?”

“Si. No sé porque, pero siempre que estoy con alguien pasan cosas raras, por eso mi superior me regaña a tres metros de distancia de mí.”

“No, esto… solo fue un accidente.”

Seungyoun vio como el bonito perro shiba se acercaba a oler sus pies.

“Mañana ¿Sales conmigo otra vez?”

“¿Seguro que quieres salir conmigo de nuevo?”

“¡Si!” A oídos de Hangyul ese “Si” pudo haber sonado a emoción, pero la verdad era que el bonito perro shiba había mordido su tobillo y ahora masticaba su pantalón.

“Bueno entonces salgamos. Ya sabes dónde está mi glaciar.”

“Claro, sí.”

“Vamos niños hay que entrar.”

El bonito perro shiba lo soltó y corrió hacia su dueño. Seungyoun suspiro al darse cuenta que tendría que caminar hasta su casa sin un pedazo de sus pantalones nuevos y sin dinero ya que había dejado su billetera en el otro pantalón que olvidó en los baños del supermercado.

...

¡Nos leemos en el próximo!

A orillas del río (Seungyul - X1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora