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Puedo verme claramente, mis pupilas están clavadas en el reflejo que se muestra frente a mi pero no entiendo porque no puedo reconocerme; mientras lucho constantemente por callar las voces que resuenan en mi cabeza, limpio rápidamente mis mejillas y no puedo dejar de preguntarme en que momento empecé a llorar, así que cierro los ojos esperando que el nudo asfixiante que desgarra mi garganta desaparezca.

Un ruido intenso se apodera del silencio que había hace unos momentos dentro de la habitación y en un segundo luchó internamente por resolver uno de los dos problemas que ahora roban mi atención, miró mis manos y veo la sangre que no para de caer dentro del frío mármol que recubre el lavamanos y al mismo tiempo puedo observar nuevamente mi reflejo aunque ahora dividido en miles de fragmentos que se esparcen por todo el suelo.

Al elevar la mirada repentinamente mi cuerpo se paraliza, la respiración me falla y el aire se vuelve cada vez más intolerable, mi garganta quema, puedo sentir como todo a mi alrededor da vueltas sin poder detenerlo.

El punzante hormigueo recorre mis extremidades como si un millón de alfileres amenazaran con perforar mi piel que de un momento a otro se ha vuelto más frágil; vueltas y más vueltas, los sonidos se intensifican.

Los decibeles de la habitación aislada son aún más altos que los de los ansiosos gritos que repiten una y otra vez mi nombre como si exigieran mi presencia, puedo sentir mi corazón golpear frenéticamente contra mi pecho.

De la nada, la postura que he luchado por mantener pierde su rigidez y le agradezco totalmente a mis reflejos por haber reaccionado antes de perder el equilibrio; con la fuerza que me queda mis manos se aferran firmemente a los muros que me rodean.

Los segundos pasan y se vuelven más lentos y en el momento en que he decidido dejar de luchar un zumbido abrumador me golpea de lleno estrellando mi cuerpo contra el frío y filoso suelo; en ese mismo instante he dejado de sentir, de escuchar, he dejado de ser y de estar para fundirme completamente con el mosaico azulado que recubre el techo de la habitación.

°

El frío comienza a colarse por mi espalda al tiempo que escucho algunas voces familiares llamarme con desesperación y aunque repiten constantemente mi nombre no consigo responderles, la puerta no sede a pesar de estar siendo golpeada y entonces todo se detiene.

El aire regresa a mis pulmones cuando  la fuerza que los oprimía se aleja, pero el recuerdo de llevar aquel sentimiento de terror y desesperación en las venas no le ha permitido a mi corazón volver a su estado original y sin embargo, a pesar de estar sangrado, siento que mi cuerpo funciona de maravilla.

He perdido el estado del tiempo, miro el reloj en mi muñeca y me sorprende ver qué aquello que parecieran horas no ha alcanzado ni los mínimos diez minutos. Nuevamente escucho voces y recuperó el sentido, sin pensar demasiado dejo que las palabras se escapen de entre mis labios indicando casi con tono de  súplica que necesito unos minutos más para salir al escenario, que todo está bien.

Aunque realmente quisiera gritar que necesitó estar sólo.

Fuera de este enfrascado ambiente parecen entender o talvez solo sea el tono firme que he usado que los ha convencido que está todo bien, que nada  esta fuera del protocolo.

Otro par de minutos pasan para que deje de admirar los gastados azulejos que me rodean e intente levantarme, sin embargo, cuando estoy por hacerlo esa profunda y calida voz llega hasta mis oídos como si el eco de hace un momento me golpeara nuevamente.

- Hey Gulf -

Susurra mi nombre acariciando cada sílaba y me hace caer nuevamente deslizando mi espalda por la superficie de la puerta

- Gulf -

Repite y puedo escuchar como con la misma delicadeza con la que pronunciaba mi nombre golpea suavemente la fría madera, el sonido de sus respiraciones llega hasta mis oídos y casi puedo sentir como esos hermosos oyuelos se marcan en sus mejillas

- ¿Nos vamos?, nos quieren en el escenario en cinco minutos -

- Voy - tomó mi sudadera olvidando todo lo que ha pasado adentro si preocuparme por las pequeñas heridas que están por todo mi cuerpo y salgo para encontrarme con P'Mew

Y aunque Gulf hubiera preferido que P'Mew llegará antes realmente aprecia que esté con él ahora, porque tal vez perder la respiración a momentos y sentir su corazón golpear con fuerza su pecho a causa de él era mucho mejor que aquel sentimiento abrumador que no lo dejaba descansar desde hace varios meses.

Hold Me TightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora