VI (B)

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Cuando una persona se enoja y es dominada por la ira, en un instante entra en un estado de vulnerabilidad y al no saber cómo responder pierde el control de su cuerpo que actúan por instinto y deja a su corazón tomar decisiones que debería hacer consciente.

Este estado de furor dura alrededor de quince minutos, quince minutos en los que es preferible alejarse de la situación para lograr aclarar la mente y descansar el alma; porque de lo contrario, en cuestión de segundos somos capaces de causar daños irreversibles.

PoV. Mew

Es gracioso, la forma en la que las personas suelen decir que recuerdan momentos antiguos que vivieron en su infancia, memorias que parecieran congelarse aún con el paso de los años, porque cada vez que vuelven a ellas pueden describir a detalle todo lo que ocurrió.

Yo también recuerdo algo, un instante en mi vida que me rompió el alma y me dejó completamente solo, un sentimiento que me golpea el corazón porque es el último recuerdo que tengo de esa persona. Y aunque lo viva una y otra vez, nunca fui capaz de borrar ese recuerdo, de cambiar lo que hice.

Cargue a Gulf hasta la habitación y lo deje durmiendo en la cama, me quede unos segundos mirando las facciones de su hermoso rostro, tratando de recordar cada detalle como si fuera la última vez.

Tome mi teléfono y salí del departamento, yo sabía quien había dejado a nong encerrado en ese cuarto toda la noche, él mismo me lo había dicho, sin emoción ni rastro de arrepentimiento en su mirada, con la misma expresión que había gritado enfrente de todos, hace tantos años, que yo era un asesino. 

Subí a mi auto y le mande un mensaje de texto, necesitábamos hablar, por lo que acordamos que nos veríamos cerca de la cabaña a la que solíamos viajar cuando éramos más jóvenes, antes de que nuestros caminos fueran diferentes.

No era muy lejos así que no me demoré mucho en llegar, aún recordaba el camino, lo ví sentado cerca de la orilla del lago, su mirada clavada en el agua inmóvil como si esperara que en cualquier momento alguien pudiera salir del fondo me hizo volver a sentir esa extraña sensación de vacío, estacione el auto y me senté junto a él, dejando un espacio entre nosotros.

Nos quedamos unos minutos viendo y escuchando la nada antes que alguien pudiese decir algo; intente un par de veces pero no era fácil, en asuntos del corazón nunca lo es, por lo que no pasó mucho tiempo para que las cosas se salieran de control.

- Es la primera vez que vengo aquí desde... -

- ¿Porqué metiste a Gulf en ésto? -

- Él es importante, ¿no? - Me estaba haciendo perder el poco control que llevaba conmigo, pero traté de tranquilizarme y lo miré de frente sin titubear dándole a entender que continuará

- ¿Recuerdas la última reunión que tuvimos aquí, cuando prometimos que nunca haríamos nada que pudiera hacernos daño? -

- Lo recuerdo -

- Creí que lo habías olvidado -

- Yo... -

- Sabes Mew, esa noche, en el funeral yo le hice una promesa y no pienso olvidarla como tú te olvidaste de él - su mirada se clavo como una espina en mi pecho, en este punto yo sabía que nada de esto iba a terminar bien -dime ¿no te arrepientes de no haber ido? -

- ¿Porqué debería?

-Es cierto, también olvidaba que fue tu culpa - me puse de pie - ¿cómo podrías mirarlo a la cara y decirle que fue tu culpa que muriera? -

- Callate -

- Porque seamos honestos Mew, aunque finjas tener una vida nueva y trates de remplazarlo con otra persona, hay algo que nunca vas a poder cambiar - el también se levantó y no dejó de verme mientras hablaba - tú sigues siendo el causante de su muerte

- Callate - Me acerque y lo tomé por el cuello de la camisa

- Quiero saber una última cosa, ¿él lo sabe, o pretendes abandonarlo y mudarte sin darle una explicación cuando se lo diga? -

- ¡Dije que no lo metieras en esto! -

- !¿Porqué Mew?! ¿Porqué si Gulf sabe la verdad va a abandonarte? ¿Porqué si lo digo se va a dar cuenta de la clase de persona que eres? Déjame decirte algo - él me hizo sentir tan impotente cuando se acercó a mí rostro y sin emoción alguna dijo - tarde o temprano se va a dar cuenta que tú no vales la pena... - 
Esa frase era lo único que necesitaba para perder el control de mi cuerpo, mis nudillos fueron a dar de lleno contra su boca y su rostro giro con fuerza hacia el otro lado.

Cuando vi que un poco de sangre escapó de sus labios, baje la guardia y en un rápido movimiento me regreso el golpe con su puño debajo de mi ojo, quería matarlo, estuve a punto de agarrarlo del cuello nuevamente y tirarlo al suelo pero cerré los ojos y a mi mente volvieron las facciones pacíficas del rostro de Nong que me hicieron detenerme.

El sonido de nuestras respiraciones se escuchaba sobre el silencio desabrido que se había impregnado en el ambiente, ambos nos cuestionabamos internamente por lo que deberíamos hacer y creo que ninguno tenía la intención de iniciar una pelea, mucho menos en este lugar.

Entonces que tomé la decisión de alejarme, pase a su lado y me di la vuelta empujandolo un poco con mi hombro, estaba por abrir la puerta de mi auto cuando volvió a abrir la boca.

- Sobre tu chico... - me detuve - quiero que sufra, que sufra lo suficiente para que tú puedas sentir dolor, el mismo dolor por el que me hiciste pasar todos estos años -

Subí a mi auto y cerré con fuerza la puerta, manejé tan rápido que me olvide de las personas y las luces rojas, del cinturón de seguridad y de los autos que pasaban a mi lado, hasta que una curva inesperada me hizo frenar en medio de la calle, golpeé el volante con todas mis fuerzas y cerré con fuerza los ojos.

Lo único en lo que podía pensar era en verlo, a la única persona que me había hecho olvidar, que había sido capaz de borrar tantos malos recuerdos y los había aclarado por completo, con su presencia, con su tacto y la forma tan hermosa en que se marcaban las arrugas de su rostro cuando sonreía, sólo con Gulf por primera vez en muchos, volvía a ser yo y no iba a dejar que nadie lo lastimaran, aunque inconscientemente ya lo había hecho.

Así que cuando regrese y lo vi usando mi ropa, con el cabello aún mojado y las mejillas sonrojadas no pude hacer más que acercarlo a mi pecho, porque esos quince minutos que me hubiera gustado tener en ese entonces, se convirtieron en sólo en un instante a su lado, porque eran pocos los momentos en que tenía la oportunidad de sentirlo tan cerca y todas esas veces me había hecho olvidar todo el daño que guardaba por dentro.

Hold Me TightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora