NEVER GOING BACK | l.s. Eroda

ENO

Louis lo ha vuelto a hacer.

Él simplemente lo ha vuelto a jodidamente hacer.

Harry bloquea la pantalla de su celular, para, inevitablemente, girar en su cama y soltarse a llorar.

No es posible que él haya salido de nuevo con ella.

Mientras llora, recapitula cuántas veces ha recurrido a lo mismo. Llorar por las noches mientras Louis está haciendo de chico heterosexual que odia ser relacionado con él.

"¿Por cuánto tiempo más?" Piensa. "¿Cuánto más voy a tener que soportar esta jodida mierda?"

Pero sabe que Louis no tardará en llamarlo. Probablemente con una de sus brillantes excusas de siempre.

Ha sido el contrato.
Es un control de daños.
He tenido que salir con ella de nuevo, fue una orden de...

No.

Oír el nombre de ese sujeto todavía le provocaba náuseas.

Y aunque Louis había sido sumamente valiente al tomar la parte difícil del contrato, no había sido lo suficiente para dejar a la disquera y simplemente aceptar que estaba con él.

Harry está tan cansado de ello, que cuando suena el celular no se molesta en ver quién es. Minutos después comprueba que fue Helen quien llamó.

"Ni siquiera ha intentado excusarse" dice, mientras se levanta a por algo de beber.

Necesitaría algo mucho más fuerte que la cerveza.

Abre una de sus costosas botellas de vino y toma una copa de la cocina. No la necesita, ya que recurre a beber directamente de la botella.

Enciende el televisor, aunque sabe que no debería. Las noticias de espectáculos siempre son sobre ellos. Sabe que ahora las cámaras están sobre él por su nueva música, y por consiguiente, el resto de los chicos.

Pero el programa está en un corte comercial. Suspira y seca el resto de lo que fueron lágrimas. No se ha visto al espejo, pero seguramente está rojo como el carajo. Maldita tez pálida.

Entonces una música peculiar suena en la televisión y tiene toda su atención.

"¿Recuerdas cómo te sentías frente a la costa de Eroda? Al ver la forma en la que el agua brillaba debajo."

Harry admira los paisajes del anuncio, y por instinto, sube el volumen.

"Sintiendo que la corriente de viento te levanta como si estuvieras literalmente en el centro del mundo. Dale a tus sentidos algunos recuerdos en visiteroda.com"

Se queda pensativo. Intenta hacer memoria del sitio en alguna parte del mundo. Nada.
No recuerda el nombre, ni le suena familiar a algún continente.

Busca 'Eroda' en su teléfono, pero no aparece una biografía de ningún sitio, si no, que es redirigido a la página del anuncio.

"Extraño" piensa, pero sigue bajando por la información hasta leer algunos comentarios.

"Amé Eroda, el hotel es muy lindo y cómodo. El museo Marítimo fue de mi total atención. La cocina es asombrosa. Comí mucha sandía, fresas, también cerezas. Pero no me gustan." -Sisley Thessa

"LO AMÉ! Absolutamente increíble, la gente es muy amable en Eroda. Se siente como casa, no puedo esperar para regresar el siguiente año." -Jimena Palacios

"Asombrosa! Espero poder visitarla de nuevo el 13 de diciembre, tal vez el 12. Veremos qué tal. No puedo esperar a tomar otra clase de pintura." -Devyn Lynn

Harry arquea una ceja, la pantalla empieza a verse un poco borrosa debido al alcohol en su sangre.

Mira la galería con detenimiento y el lugar no le parece la gran maravilla, pero tiene un impulso...

Quizá es su enojo. No ha olvidado que Louis le ha visto la cara de nuevo y ni siquiera se ha disculpado. No puede quitarse de la mente las fotografías... Ella sosteniendo su mano fuertemente. Louis sonriendo. Como, literalmente, sonriendo.

Parecía estar disfrutando del momento.

"Al carajo" declara y accede a la información del sitio. No hay ninguna aerolínea que conozca de verdad, pero selecciona la más cara. Las ventajas que puede darse siendo millonario.

Si a Louis no le importaba cómo debía sentirse, con su ausencia y su constante tontería de ocultar su relación, entonces no debería importarle si él decide tomarse unas vacaciones.

Compra el vuelo para el día siguiente al anochecer. No ha mirado dónde se encuentra la... ¿Isla? Exactamente. Y le da igual.

Quiere estar lejos. Y qué mejor que un sitio donde nadie pueda encontrarlo.

Ni siquiera el idiota de Louis.

Ni siquiera él.