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Louis no vislumbra pescadores en la costa. Los yates están estacionados y parecen abandonados.

La brisa del mar no es tan intensa, y el ruido de las olas se apaga con cada paso que da.

El puerto está cerrado. Se escucha el chocar de las cuerdas del asta, un chirrido de una reja metálica oxidada que separa a Louis de la caseta recibidora.

"¿Hoy no llegan botes?" pregunta al taxista que se ha ofrecido a acompañarlo hasta su destino.

"No hasta el último día impar del mes. Ningún ferri entra o sale en estas épocas" contesta.

"Excelente" Louis dice, irónico "¿Están de festividades?"

"Algo así."

El ojiazul gira a ver al hombre.

"¿Qué festejan?"

"El sacrificio de invierno. La isla entera celebra la abundancia que nos permite subsistir sin negocios internacionales."

"Ah" responde "¿Y qué sacrifican?"

El hombre hace una mueca y mira al suelo.

"Lo mejor que tengamos" dice "Lo que la Isla atraiga y capture."

Louis asume que habla de la pesca. Quizá son mejores que las truchas.

"Creo que debería regresar al hotel. El cielo se está poniendo gris. Probablemente llegue una tormenta."

En ese momento, un hombre de estatura media y tez oscura aparece del otro lado de la reja.

"Caballeros" saluda, está vistiendo un gorro de lana rojo y un abrigo impermeable "¿Puedo ayudarles?"

"Charlie" saluda el taxista.

"Mike" el otro contesta.

"Hola" Louis interviene "¿Está usted a cargo del registro de turistas?"

"Cuando estamos recibiendo ferris o botes, sí" sonríe, como esa forma característica de los habitantes de Eroda "¿Qué buscabas?"

"Bueno" Louis se acerca a la reja "Estaba esperando poder encontrar el registro de un pasaporte. Un amigo mío. Su nombre es Harry Styles y supuestamente viajó aquí recientemente."

Charlie, según el taxista, intenta hacer memoria.

"Esto no suele ser difícil, ¿Sabes? No llegan muchas personas estos días" dice sin perder su sonrisa "El nombre no me suena, pero echaré un vistazo y si sé algo te contactaré."

"Oh, hombre. Eso me serviría mucho" Louis saca el celular para ofrecerselo, pero Charlie niega.

"Aquí no usamos mucho eso" señala el aparato "Pero si me dices dónde puedo encontrarte te visitaré."

Louis se queda quieto, mirando al sujeto con poca confianza y guarda lentamente el teléfono.

"Lo siento, ¿Cómo se supone que me dirás?"

"¿Estás quedándote en el hotel, cierto?" adivina "Claro, es que no es muy difícil imaginar dónde estarás."

Louis asiente.

"Bien, te lo agradezco."

"No hay de qué, Louis."

Una vez dentro del taxi, Louis intenta recordar cuándo se presentó con Charlie.

•••

La noche cae despacio. Louis admira las estrellas desde el pequeño balcón de su habitación.

NEVER GOING BACK | l.s. ErodaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora