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Louis está bajando la escaleras del hotel con el mapa de Eroda en una mano y su teléfono celular en la otra. Sus pasos son cautelosos, y no pretende hacer ruido, para salir del hotel sin ser visto. Cuando llega a la esquina, puede notar que la recepcionista está detrás del escritorio.

Por un momento, piensa que está petrificada. No la nota parpadear, ni siquiera puede distinguir si está respirando. Lo que sí logra ver es su sonrisa. Tiene los labios juntos, presionados en gesto de conformidad. A Louis se le revuelve el estómago.

No ha visto otra salida anteriormente, y el balcón de su habitación no cuenta con salida de emergencia.

Tendrá que pasar por el recibidor. No hay otra opción.

Toma una respiración profunda, y baja lo que queda de las escaleras a paso veloz.

La recepcionista parece ponerse en movimiento nuevamente.

"¡William!" llama, pero Louis no se detiene. Puede sentir que ella lo sigue. "¿A dónde vas? ¿Tienes prisa?"

Los latidos de Louis se aceleran, pero por fin tiene una mano en la puerta corrediza.

"Sí. Tengo que salir" responde, tratando de lucir calmado.

"Puedo pedirte el taxi" ofrece ella. Louis le está dando la espalda, pero sabe que está sonriendo.

"No. Yo puedo caminar."

"¿Sabes a dónde vas?" lo detiene nuevamente.

Louis sabe que debe salir de ahí.

"Tengo el mapa. Gracias por tu ayuda."

Y sale del hotel.

•••

Una vez fuera del edificio, caminando a mitad de la calle de concreto, respira.

No sabe cuánto tiempo estuvo conteniendo la respiración, pero se alegra de haber superado ese obstáculo. No se siente del todo seguro, sin embargo.

Las calles no están transitadas, como puede notar. El muelle sigue inactivo y las gaviotas se alejan conforme él camina. Abre el tríptico de papel para trazar una ruta.

No sabe por dónde empezar. Los nombres de los sitios parecen muy extraños; nunca se había topado con una tierra igual a esa. Comienza a revisar sus opciones.

1. Puede ir a la estación policial, comisaria, o cualquier mierda que exista en la isla. Si bien no le ofrecen información sobre Harry, al menos alguien ahí podrá protegerlo.

2. Otra opción es regresar a la caseta del muelle. Buscar a ese tal Charlie y exigirle los registros de turistas. No tiene mucha autoridad, pero al menos podría sobornarlo.

3. Si mal no recuerda, en el mapa hay un par de casetas de teléfono marcadas en rojo. Si son similares a las de Londres puede llamar a su manager, o a alguien conocido que pueda brindarle ayuda.

Louis está a punto de morderse las uñas, antes de hacerlo ve a la distancia a la primera persona desconocida en mucho tiempo.

Es un hombre, según puede notar, que está vestido con un elegante traje. Su corbata es naranja, como, muy intenso. Puede ver que en sus hombros descansa una especie de tela. A Louis le recuerda a los obispos de las iglesias. Grabado en dorado, sin embargo, no hay cruces. Si no dos peculiares peces que había visto antes...

Louis comienza a caminar en su dirección, ya que el hombre no se inmuta ante sus llamados.

"¡Hey!" exclama "¿Puede ayudarme?"

NEVER GOING BACK | l.s. ErodaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora