xxi

121 18 4
                                    

—¿POR QUÉ NO VAS Y LE DICES LA VERDAD? DE LO QUE HA SIDO Y SERÁ POR SIEMPRE TU ÚNICO AMOR.— Salió cantando Alan a la vereda mientras nosotros recién llegábamos. Eran las diez de la noche y el hijo de puta ya taba mamado.

—Che ta re linda la noche, ¿no?— Me gritó la Irene mientras entrabamos a buscar un poco de escabio. La casa de Alan no era tan grosa pero era alta casa pa las joditas y por eso no había ninguno que falte, era tremendo, era proyecto x en versión argentina y más villa ahre.

—Yo toy más lindo igual.— Dijo un flaco atrás nuestro y al toque pude reconocer la voz weeeee kiensa reconocedora de voz.—¿No pensás saludar? Hasta parece que ni me chupaste el pito.— Terminó diciendo y no me quedó otra que pegarle.

—¡Cómo vas a decir semejante barbaridad, querido!— Dije haciéndome la vistima porque me sale perfecto jejeje.

—Da, Juliana, no te me hagas la otra eh.

—Ay, callate, Matias.— Le dije dándome vuelta de nuevo para ir al freezer.

—¡Matute!— Saltó la Irene prácticamente encima de él.— ¿Qué onda, gilazo? Te re desapareciste, pedazo de trolo.— Le preguntó abrazándolo todavía.

Ok, les cuento bien la situación que toy presenciando ahora, el Matute es mi ex del año pasado y tuvimos alta relación pero bueno, pinchó ahre pero terminamos bien y quedamos como amigos, y la Irene lo re ama al flaco, pero como amiga, creo ndea ya veo que le pinta lo chaja*. 

—Todo re cheto, volví de Mendoza hace una semana y el lunes o la otra semana, vuelvo a la escuela con ustedes.— Contó un poco fuerte como para que lo escuche la Irene porque la música taba tremenda eh. Terminé de preparar el vino y me fui con ellos que se taban riendo.— Che, tas más linda, Juliana.— Me dijo mientras ponía su brazo encima de mi hombro.

—¿Viste? Se ve que estar casada me hizo más linda.— Le contesté y al toque roque sacó el brazo, me empecé a cagar de risa y la Irene también.

—¿Cómo es eso de que me superaste tan rápido? ¡Soy como el Zac Efron de tu corazón, Juliana.— Dijo y se puso la mano en la frente haciéndose el vistima también. Acá somo todos vistimas.

—Disculpa, pero ahora hay otro Zac Efron en mi vida.

—Ahora hay otro en mi vida que curó mis heridas.— Entró cantando Calum a la cocina yendo directo a la heladera para sacar un frizze. Nos vió y se quedó parado mientras veía como la Irene tenía su brazo en la cintura de Matias.— Eh, loro, ¿qué hacés con mi jermu?

—Callate, Calum.— Le dijo la Irene mientras tomaba un trago de vino.

—No, Irene, bien ví esos hermosos ojos supe que tendría que pelear por tu amor con quién sea.

—¿Y éste?— Preguntó Matias mientras se reía.

—El que te va a cagar a trompadas si no la soltás, gil.

Noo, se armó la podrida gentE.


*Chaja: buitre ahre

dia% l.h |argentina|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora