¡BAMF Jiang Cheng!

Más Que Solo Tu Clan II

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El de arriba es más o menos la vestimenta de Shiboni Jiang Cheng! Estaba en mi clase de "Historia Mundial Siglo XX" hablando del desarrollo desmesurado de China en los últimos 30 años y sus relaciones con Japón, cuando me golpeo la inspiración.

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Este OneShot (¿TwoShot?) Titulado "Más Que Solo Tu Clan" junto con "Guru del Amor", "Sangre Caliente" y "La Guía Del Trasmigrador Para Joder La Trama Sin Intentarlo" se convertirán en Fis propios para el próximo año.

(Comenten cual otro, cuando termine esos –No tendrán más de 15 o 20 capítulos si mis cálculos van bien- les gustaría ver convertido Fic)

Si me estoy tardando para actualizar es porque estoy en finales de la universidad y es una mierda absoluta. Además de que en los dos fic de "De Bastardas y Cosas Rotas" así como "El secreto del Loto" serán, para el próximo capítulo, puntos de vista de Lan Xichen, y me es más difícil escribirlo a él que a Jiang Cheng.

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2

"Vamos a matarlo rápidamente" dice... "Esas semillas de loto no se van a comer solas".

O... Los cultivadores saben quién es este chico extraño, el caos encarnado, y están más que contentos de pasarle la responsabilidad a los Jiang...

No esperaban que se aferrara tanto a ellos.

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El chico pone los ojos en blanco, como si ellos fueran los ilógicos aquí.

Nie FeiHong no puede decir exactamente a que es a lo que pone los ojos en blanco; al hecho de que decidieran entregarlo rápidamente a los Jiang o al hecho de que dijeran tan rotundamente que NO a su ofrecimiento inmediato...

—Vamos a matarlo rápidamente—dice, como si no fuera un acto suicida esta empresa—Esas semillas de loto no se van a comer solas.

El Chico se ofreció a matar a Wen RouHan en su camino al Lotus pier, como si fuera el paso de acción más sensato (como si fuera tan fácil) a seguir.

El sabia, por supuesto, que los Jiang era todo por su lema de secta "Intentar lo imposible" pero no creía que ninguno, ni siquiera su actual primer discípulo, tan infame como era, lo personificara tanto como este chico frente a él...

—Soy un shinobi—dijo, como si eso tuviera sentido para ellos—Yo no intento lo imposible, lo hago realidad.

Tenía que admitir que el chico tenía agallas. Un punto a favor.

También le sostuvo la mirada, seguro de sí mismo, desafiante, y se mantenía con la confianza y orgullo de alguien acostumbrado al poder, pero con el suficiente sentido común de no subestimar a los que lo rodeaban, y la humildad que generaba el venir desde abajo, el trabajar duro por lograrlo.

El chico era confiado y orgulloso, pero eran el tipo de confianza y orgullo eran respaldados por sus habilidades, por su fuerza, no por mera habladuría.

Otro punto a favor.

Era desconcertante, no negara, saberse en igualdad de condiciones frente a un chico menor que sus hijos y, por encima de todo, sin cultivo...