Capítulo 30-31

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~YongHwa~

¿Qué hacía Lena en ese lugar? ¿Por qué había tomado? Sin perder tiempo salí de la casa y subí al auto. A toda velocidad me dirigí al sitio que Woo me había indicado. Un lugar al que había asistido un par de ocasiones, por lo que no me costó trabajo llegar ahí. Había bastantes personas en la entrada, rápidamente me abrí paso entre ellas. El hombre de la puerta me conocía, por lo que me dejo pasar de inmediato. Woo, quien me esperaba cerca de la entrada al verme me hizo una señal con la mano, me apresure hasta llegar a él.

― ¿Dónde está? ―pregunte impaciente.

―Sígueme ―Lo seguí al interior del lugar, hasta uno de los extremos de la pista de baile. Ahí estaba Emi mirando fijamente a la multitud que bailaba. Nos vio acercarse y note la preocupación en su rostro.

― ¿Dónde está? ―Volví a preguntar. Ella señalo en dirección a la pista. Con la mirada seguí su mano y apenas pude reconocerla entre los que bailaban a su alrededor. No solo era su ropa lo que se mostraba diferente, también el aspecto que tenía su rostro me sorprendió, estaba totalmente cambiado. Ahora un rojo intenso cubría sus delicados labios, sus mejillas tenían un tono más intenso y sus ojos estaban rodeados por un intenso color azul y un delineado negro que le daban un toque enigmático y sensual. Pero lo que más podía notar era el cambio de su actitud, alegre y desinhibido.

―Esta borracha ―advirtió Emi. Sin pensarlo comencé a abrirme paso y rápido llegue hasta ella. Erika la sujetaba del brazo, al verme sonrió.

― ¡Hwa! ―grito Erika con una torpe sonrisa. Al parecer ella también estaba tomada. Lena se giró y me miro con cara de pocos amigos.

― ¿Y Tú qué haces aquí? ―pregunto arrastrando las palabras, pero había un tono de molestia en su voz.

―Vine por ti. Vámonos ―trate de tomarla de la mano, pero ella se apartó retrocediendo.

―No quiero. Estoy molesta contigo, no quiero verte. Así que vete ―Note como Erika se reía, la fulmine con la mirada y trato de ocultar su expresión burlona.

―Lo sé, pero eso podemos discutirlo fuera de aquí.

―No quiero ―De nuevo intente sujetarla y ella se abrazó a Erika.

―Por favor ―Dije suplicante. Vi una chispa divertida en sus ojos al escucharme.

―Así es, suplícame ―Me miro retadoramente. De un modo en que nunca la había visto actuar.

― ¿Qué?

―Si quieres que me vaya contigo tendrás que suplicarme ―Erika se doblaba de la risa, al escuchar las palabras de Lena. ¿Quién rayos le había metido esas ideas en la cabeza? Por la forma en la que Erika lo estaba pasando a lo grande, tenía que haber sido ella. Demonios. Para nada  era bueno que Lena estuviera ahí y menos en ese estado, si alguien la reconocía sería un desastre. De pronto me pregunte ¿Ese era el propósito de Erika? ¿Por eso la había llevado ahí? La mire furioso y ella solo se encogió de hombros sin dejar de sonreír de un modo irónico. Tenía que sacar a Lena a toda costa de ahí lo antes posible. Pero ¿Cómo? Tal vez cargándola sobre mis hombros podría pero… su vestido era demasiado corto.

―De acuerdo ―conteste quitándome el saco. Fingí arrodillarme delante de ella― Esta bien Lena, perdóname por todo ―Ella sonrió satisfecha. Aproveche su descuido y pasado el saco por detrás de sus piernas, la cargue sobre mis hombros y me fui directo a la salida del lugar. Con Erika después arreglaría cuentas, porque esa me la pagaría.

―Bájame ―Protesto Lena mientras gimoteaba. Algunos nos miraron divertidos, pero la intensidad de la música y el estado alcohólico de la mayoría evito que los gritos de ella fueran perceptibles.

El perfecto prometidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora