Capítulo 3

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- ¡NO!- Respire profundamente al notar que era otra pesadilla. Otra vez ella, mi madre, me atormentaba en los sueños para hacerme saber la jodida realidad, la vida era una mierda.

- ¿Estás bien?- Chillé alarmada al escuchar una voz provenir de una esquina completamente oscura. Un momento... Esta no era mi casa. Es más, estaba en un colchón completamente nuevo y con sábanas, eso era un lujo que nosotros, los humanos, no nos podíamos dar.

¡Mierda!

- ¿Quien eres?- Pregunté temblorosa. Me encontraba en la peor situación del mundo, en casa de un vampiro.

– Te hice una pregunta.- De entre las sombras salió... ¡Kyle! Joder, joder, joder.- ¿Podrías responderme?- Se cruzo de brazos.

- Estoy bien...- Murmure acariciandome el brazo. Sonara absurdo, pero desde bien pequeña tenía la costumbre de hacerlo para relajarme. Según mi madre es porque mi padre me hacía eso siempre que estaba nerviosa y la verdad, no me acuerdo para poder confirmarlo, aunque todo dicho, ojalá poder acordarme de mi padre.

- ¿Como te llamas?- Agite mi cabeza ante esos pensamientos y me giré para mirar a Kyle.

- No te importa.- Respondí seca.

- Oh cariño. Sí me importa, y mucho.- Se río irónicamente.

- ¿Ah si? Ni que me fuera a quedar mucho aquí?- Fruncí el ceño.

- Eso no lo sabes pequeña.- Dio un toquecito con su dedo en mi nariz y comenzó a caminar hacia la puerta.

Respire profundamente al ver como se iba. La verdad, podía haber sido peor. Lo único que necesitaba ahora era buscar una jodida salida.

Me levante de la cama, cómoda por cierto, y me asome a la ventana. ¡Estaba lleno de guardias! Habían muchísimas personas en el jardín haciendo diferentes labores. Jardinería, cuidado de la piscina, vigilando e incluso cuidando de los caballos. Dios... Esto no era normal.

- Princesa.- Me giré alarmada al escuchar una voz de una señora.

- Ay...yudeme... necesito salir..- Me acerque a ella rápidamente.

- ¿Que se le ofrece? ¿Puedo ayudarla yo o llamo a los señores?- Se inclinó enfrente mío.

- ¿Señores?- Fruncí el ceño.

- Sí, los reyes.- Miro su reloj y suspiro.- Si no se le ofrece nada tengo que irme. Si necesita algo, pique al timbre al lado de la cama.- Señaló mi espalda.

Comencé a hiperventilar y antes de que cerrara las puertas las abrí y empecé a correr. Por suerte mía, no habían tantos guardias pero como desgracia, no me sabía la jodida casa.
Perdí a la señora de vista y me intente tranquilizar. En estos casos, lo mejor era tomarse las cosas con calma ya que...

- ¡La princesa se ha escapado! ¡Estar atentos y bajo ningún concepto le hagáis daño!- Me giré hacia el sonido y vi un altavoz... ¡MIERDA! ¡TENÍAN JODIDOS ALTAVOCES PARA AVISAR DE TODO!

- Nena... Quédate quieta donde estes. Te recomiendo que no salgas de la casa, estoy teniendo paciencia contigo, confía en mi cariño.- Ese era Kyle. Gruñí al sentir un sentimiento de protección y me evadí de él pensando en mi madre e amigos.

Escuchaba las puertas abrirse y cerrarse constantemente y me ponía aún más nerviosa.
Sabía que en algún momento podía darme un ataque de pánico y eso es lo que menos quería. Desde la muerte de mi madre era más propensa a eso y realmente era muy peligroso.
Me senté en el suelo y me tapé la cara con mis manos. Sentía que le faltaba el aire y cogiendo bocanadas de este no servía.

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