- ¡Joshua por favor! ¡Déjame salir!- Exclame golpeando la puerta repetidamente.- Nena... Sabes que no puedo.- Suspiro pesadamente.
- No me escapare... ¡Solo quiero salir de aquí! ¡Me estoy agobiando! ¡Por favor!-
Jadeé al sentir que no me contestaba y termine dándole una fuerte patada a la vieja puerta, haciendo que esta retumbara. Cansada, me restregué los ojos con mis manos y retire algunas lagrimas que estaban apunto de caerse.
- Peque...- Abrí los ojos de golpe y vi a Joshua mirándome con pena. Al instante, salte encima de el para abrazarle.
- Los voy a perder Josh... S...e se van a ir. N...no.- Y sin poder evitarlo me puse a llorar.
Joshua me cogió en brazos y me llevo hacia el "salón". Odiaba esa estancia de la "casa". La odiaba toda ella. Todo estaba lleno de mugre; las paredes estaban ya negras y con ronchas, los muebles estaban manchados por cosa que ni sabia identificar y sobretodo, la mayoría de ellos no tenían colchón.
- Ann... Estoy aquí ¿Vale? Respira por favor.- Comenzó a arrullarme y a acariciarme la espalda.
- N...no, no estarás. Te iras, m...e de...ejaras.- Hipé conteniendo los sollozos.
Sí, lo admito, soy muy sensible y en este mundo, es lo peor que te puede pasar.
- Pequeña...-
- No. No lo has negado...- Me levante de su regazo y me aleje de el.- ¡Vete ya! ¡No lo alargues más!- Chillé.
Joshua se me acerco rápidamente al ver que intentaba huir. Fui más rápida que el y comencé ha cerrar las puertas detrás de mi, para que perdiese tiempo.
Salí por la puerta principal sabiendo que el no me seguiría. Y acerté, vi a Joshua en el marco de la puerta mirándome enfadado.
Solo teníamos una regla.
No usar la puerta principal bajo ningún concepto.
[...]
Ya se estaba oscureciendo y eso solo podía significar una cosa.
La caza.
La caza era un juego que inventaron los vampiros que consistía en que, en las noches, saldrían a cazar humanos. Ya sean niños, adolescentes, adultos o ancianos.
Este empezaba a las 00:00. Y no era tan fácil... Desde un principio las bestias te hacían saber que estaban a tu acecho, notabas su presencia fueses donde fueses y por nada en el mundo, podías escapar de ellas. Eran horas de tortura hasta que se dignaban a hacerte lo que ellos querían.
Esclavizarte o matarte.
Y ahora mismo, yo solo quería la ultima. Aunque eso era imposible, solo los mas ancianos conseguían esa tortuosa opción y muchas veces, decidían esclavizarlos hasta que el tiempo y las circunstancias acabaran por matarlos.
- ¿Quien anda ahí?- Rapidamente me escondi de tras de un arbol y me tape la boca con las manos.- Jodida rata. ¡Sal ya!- Blasfemo lo que fuese eso.
Evite mis sollozos mordiendome la mano y sabia que estaba sangrado por el sabor a metal.
- Lastima que pueda olerte...- Escuché las ramas de los árboles moverse. Me estremecí al sentir una respiración en mi nuca.- Hola nena...- Me acaricio la cara lentamente. - ¿Por que no abres los ojos y me ves? ¿Tan feo crees que soy?- Rio secamente.
Entrecortadamente y con la respiración a mil, intente calmar mi corazón pensando en otras cosas. Tenía que sobrevivir por ella.
-¿Que quieres?- Pregunte tomando valor y abriendo los ojos. Gemí de la sorpresa a ver el chico que estaba enfrente mia.
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Nuestra [Abdl]
LosoweYa hace mucho tiempo que el mundo ya no es lo que era. Los seres mitológicos, en especial los vampiros, habían controlado toda la población humana, y lo más asqueroso, nos estaba convirtiendo en bebes. ¿Y eso por qué? Fácil. A ellos no les venía el...