8.Deleite

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Al cabo del rato sin que mis mejillas perdieran el rabioso color rojo, le escuché llamarme desde el otro lado de la puerta.

- ¿Estás bien?- preguntó algo preocupado.

- Si, es hora de dormir.- COntesté yo algo inseguro, esperando a no tener que salir de allí hasta que se fuera.

- Pero.. yo no tengo habitación....- me dijo tímidamente, o al menos fingiéndolo muy bien.

Me quedé en silencio, y entonces abrí la puerta del baño, tan sólo con la toalla sobre mi. Le ví allí en el centro de la habitación, temblando un poco, aún empapado. Le había dejado todo este tiempo allí tiritando de frío con toda aquella ropa mojada, sin moverse ni sentarse para no mojar el lugar. COn sus pies descalzos uno sobre el otro para darse calor, sobre la moqueta.

Y me sentí algo culpable por pensar solo en mí. Y en lo que no había podido evitar que pasara...

Suspirando, me metí de nuevo en el baño, sacando dos toallas. Al volver a la habitación apagué las luces.

Él dejó que me acercase en la penumbra, sin decir nada.

- ¿No has trabajado hoy?- le pregunté dulcemente mientras le desabotonaba los últimos botones de su camisa.- ¿No estás cansado?

Lentamente retiré de sus hombros y su cuerpo la prenda mojada, descubriendo su pálida piel, sus pezones que pedían ser mordidos, aún a la pálida luz de la luna que entraba por la ventana.

- Si- me susurró débilmente. Arrogé la pesada camisa a un lado. Y le eché una de las toallas sobre sus hombros, otra sobre su cabeza, y comencé a frotar con ella su pelo.



- Ni se te ocurra cogerte un resfriado ahora eH?- Le dije mientras reía un poco.

Estábamos solos, no se por qué hablábamos en voz baja.

Lentamente mientras secaba su pelo, se acercó a mi. Sus dedos tímidamente en mi cintura, sus brazos, su torso desnudo contra el mío. Acomodó su cabeza sobre mi hombro y respiró allí. Seguro que notó como temblé.

Mis manos trabajosas sobre su pelo, revolvíendolo y quitando la humedad con la blanca toalla, la que llevaba en sus hombros se deslizó por ellos hasta el suelo.

Le transmití el calor que yo mismo sentía a través de mi piel.

- No dejarás de contestar mis mensajes de nuevo, verdad?- Me preguntó susurrando también. La toalla finalemnte se escurrió de mis manos.

Deslicé mis dedos por su espalda. Le abracé contra mi. Y una vez más alboroté su pelo mientras acariciaba su cuello con mis labios. Notaba el frío de su ombligo contra mi vientre.

Después de todo este interminable tiempo de desasosiego, abrazando su cuerpo con fuerza contra mí, sentí mi corazón en paz.

Cuando la calidez de ambos había vuelto a nuestros cuerpos, nos separamos lentamente.

Y...yo estaba sonriendo.

Me alejé de él para meterme en la cama,con la cabeza algo agachada. Estaba agotado y sabía que él también. Mañana no había que madrugar, eso me hacía sentír aún más confortable con la idea de dormir.

Mientras me tapaba,ya acomodado en un lado de la cama, escuché el sonido de la hebilla de su pantalón al desatarlo. La cremallera bajando, los pantalones cayendo.

Me estaba arrepintiendo de pronto de haberle dejado pasar la noche aquí. Debería haber dormido con Jinyoung.

Lentamente noté como Jackson se metía bajo las sábanas. Recordé que por no quitarme la toalla frente a él, no me había puesto ropa para dormir. Ahora no sabía qué era peor.

JackBam StormDonde viven las historias. Descúbrelo ahora