Capítulo II "Mi puño tiene cosas que hacer".

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Pov. Nicky.

"I love the way you lie..." sonó mi despertador.

¿Qué persona normal tendría un rap de Eminem de despertador? Al parecer yo soy así de anormal. Bueno, realmente no me importa.
Me estiré y me levanté con pereza de la cama. Creo que debería casarme con ella, tan perfecta y hermosa como siempre... Amo mi cama. Bella camita, amor de mi vida. Ahora que lo pienso... No quiero separarme de ella. Maldito instituto.
Me dirigí hacia el baño para poder arreglarme, ya que debía ir al instituto. Me despojé de la ropa y me adentré en la ducha. Enjaboné todo mi cuerpo mientras tarareaba una canción, de la cual no recordaba la letra. Decidí que era tiempo de salir y coloqué una toalla alrededor de mi cuerpo, para entrar a la habitación nuevamente. Ni sé para qué les describo mi manera de bañarme, si eso es personal. Bueh.

Fui al clóset y me dispuse a buscar mi ropa. Unos shorts negros, una blusa blanca con una carabela negra en medio y una chaqueta de cuero negra, junto con mis converse negras. No tenía ganas de usar nada más "fresco" ya que aquellas cicatrices en mis brazos eran sólo para mí, y nadie más. Suena egoísta, pero como las personas juzgan sin preguntar, y hablan sin pensar ni importarle los sentimientos de los demás... Entonces s'i, creo que prefiero ser muy egoísta.

Fui al espejo que se encontraba en el baño y me arreglé el cabello, haciéndome una trenza de lado. Me maquillé como siempre, un poco de lápiz negro en los ojos, rímel, polvo... Y salí del baño, bajando las escaleras para irme a desayunar. Encontré a mi hermoso y bello padre haciéndome el desayuno. Él era una de las pocas personas que enserio me importaban, que si le pasaba algo preferiría morir primero. Le sonreí y le deposité un beso en la mejilla.
Y pensar que por él es que seguía acá...

-Hola padre -dije con ternura al verlo preparar mi desayuno, preocupándose por mí. Él sabía que tenía unos problemas con la comida últimamente, ya que me encontraba gorda, y simplemente mi estómago ya no aguantaba la comida.

-Buenos días Ángel -me dice él concentrado en su cocina. Me puso enfrente dos tostadas con mermelada y un vaso con jugo de naranja. Le di las gracias y empecé a comer lentamente el desayuno, sin realmente querer hacerlo. Las náuseas hicieron acto de presencia, mientras que una parte de mi ser me torturaba con lentitud.

Pero como me había hecho el desayuno con tanto amor y cariño decidí comérmelo todo.

Terminando de comer tomé mi bolso, colocándolo en mi hombro izquierdo. Tomé mi Skateboard, ya que mi padre tenía que ir a trabajar y no me podía llevar, y me dirigí al instituto sin prisa alguna. Me puse los audífonos y puse el playlist escuchando a mis bandas favoritas.

Paré de inmediato. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal, haciendo que ignorara la música por completo, sintiendo los fuertes latidos de mi corazón en mi pecho. Me sentía... observada. Decidí ignorarlo y seguí mi camino hacia el instituto, en donde supuestamente me esperaban mis amigas Cami y Kari. Noah no, porque ella seguramente llegaba tarde por culpa de su madre.

Llegué y saludé a Kari y a Cami. Nos pusimos a hablar de distintas cosas sin importancia.

-Escuché que vienen cuatro chicos nuevos hoy y... ¡Estoy tan emocionada! Dicen que están bien buenos...- dijo la ansiosa y emocionada de Kari mientras mordía su labio inferior. Rodé los ojos y sonreí de lado. Esa era Kari, una coqueta empedernida. Realmente me causaba gracia el ver a Kari coquetear con otros chicos y que no le resulte para nada. Recuerdo aquella vez en el que el chico salió corriendo asustado.

Flashback:

Caminaba por el parque en busca de Kari. Ella me había llamado anteriormente para que nos encontráramos en el parque, ya que supuestamente tenía algo que contarme. Sonreí al pensarlo.

-Ahí estás... -murmuraba mientras borraba mi sonrisa, obteniendo el semblante neutral que tanto me caracterizaba.

¡¿SOY UNA SEMIDIOSA?! ¡¿Y MÁS?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora