❥ Epílogo

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Sonaba la canción favorita de ambos, los asistentes se pusieron de pie para observar como el recién llegado caminaba despacio y con una bellísima sonrisa dibujada en su rostro. Caminaba por una larga alfombra blanca que estaba repleta de delicados pétalos blancos. 

Mientras, el atardecer los acompañaba de fondo, los tonos dulces que nacían y se desvanecían en los delgados dedos del pianista, los rostros alegres, emocionados que lo admiraban con amor y ternura, los colores de las flores que se mezclaban con los vestidos y los trajes de los invitados le daban una calma y una alegría que sería difícil de olvidar en un futuro. 

Cuando su vista se poso en Minho, sus ojos brillaron, sus labios se resecaron y las piernas comenzaban a temblar por segunda vez, no por lo que estaba por hacer, sino por el hombre que tenía frente a él, observándolo como si fuera lo más hermoso del mundo. Y se sentía perdido, perdido en un océano inmenso lleno de colores naranjos y dorados, por donde Minho caminaba a su lado susurrando que nada ni nadie los separaría jamás.

Cuando su mano derecha se poso en las de su futuro esposo, ambos sonrieron nerviosos, ya que ninguno de los dos sabía si el sudor que sentían en sus palmas, eran de ellos o de su pareja. Pero en ese momento fue solo una banalidad, porque estaban a punto de dar el sí, a punto de convertirse en un matrimonio para pasar el resto de su vida juntos.

Cuando ambos se acomodaron observando al sacerdote, los segundos, los minutos se hicieron eternos, hermosos y mágicos. 

Cada palabra, cada asentimiento y cada risa los hacía sonrojarse y mirarse de reojo como si de dos adolescentes se tratara, y no de dos adultos casi bordeando los 30 años. 

La ceremonia en sí, fue especial, divertida y romántica (a criterio de Jisung), pero para Minho solo fue linda y algo tediosa. Dicho que obviamente su hijo rebatió diciendo que no había quitado sus ojos de su pa Jisung en toda la ceremonia, y que sus miradas de reojo, eran las peores, porque no sabía disimular para nada bien. Recibiendo una mirada asesina de parte de su padre, mientras Hannie se reía a carcajadas. 

Recibieron abrazos, besos y un millón de felicitaciones por las personas que más estimaban en el mundo. Cosa que agradecieron con sonrisas y palabras sinceras. 

-¡El Toro ha sido dominado!-Changbin apareció de la mano con su esposo Felix-Siempre supe que Minho sería domado por el increíble Han Jisung, mi amigo es una gata para estas cosas. 

-Compórtate, Changbin, la fiesta aun no comienza. 

-¿Está bebido?-Woojin apareció detrás de ellos mirando horrorizado a  Binnie, pero con una sonrisa al adorable Lixie. 

-No, claro que no, solo que se pone hacer sus bromas malas-se quejo Hyunjin, mirando para otro lado, como si no conociera su padre Changbin. 

-Para mí son las mejores, son muy graciosas-Chan tenía apoyada su cabeza en el cuello de su esposo mientras sonreía. 

-Para nosotros es una vergüenza-Felix miro a su esposo un poco enfadado-¿No creen que deberíamos ir andando a la fiesta? 

Todos asintieron. Pero Woojin se adelanto abrazando a Minho-Felicidades por lo valiente que has sido todo este tiempo, eres un hombre admirable. Y estoy orgulloso de que seas mi hermano. 

-Te amo, Woojin, y lo siento por todo.

-No, no hay nada que perdonar, ahora es momento de concentrarse en lo positivo, de crecer y de seguir siendo la increíble persona en la que te has convertido. 

-Gracias

Y se fundieron en un dulce y tierno abrazo, uno de esos que de solo mirarlos te da nostalgia, porque hay tanto cariño, amor y buenos deseos que sabes que es genuino. 

•◦✿ Pequeños Pasitos - 《Minsung 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora