Tell Me You Still Do...

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Es la mañana de un Martes, Martes... Como he odiado ese día las últimas 15 semanas, martes de entrenamiento físico, odio el entrenamiento físico, si alguno me haya visto antes lo notó, que me mofo demasiado al correr, odio correr, odio las practicas, odio el maldito sol en mi cara.... Espera... ¿Sol en mi cara?

Me levanto rápido de mi posición y miro al rededor, no estoy en mi típica habitación del FBI, no son las 5:00 AM, no apesta a pólvora y sudor, mi cerebro tarda unos momentos en recordar el tiempo, el lugar y todo lo acontecido hasta la fecha... Sólo es un martes normal en la manada, estamos en un hotel en Sao Paulo, estamos persiguiendo a Monroe y salvando vidas, sonando estúpida pero coherentemente a la vez siento la tremenda necesidad de hacer ejercicio, mi cuerpo está tan acostumbrado a un martes de extremo agotamiento, martes y jueves, mas los días diarios de rutina no tan excesiva, me saco la playera y me quito los calcetines, pongo un poco de música en mis audífonos y los conecto al reproductor de banda que me pongo en el brazo, comienzo a con las serie de abdominales durante 15 minutos, seguido de 20 minutos de lagartijas, 15 de plancha, 30 de barra, 20 de sentadillas, 5 minutos de estiramiento, para cuando miro el reloj apenas son las 9:47, suspiro bajo y me descanso un poco, ya estaba sudando y siempre me ha sido desagradable sentir las gotas recorriendo mi espalda, mas que nada porque sé que es sudor y no agua refrescante.

Me doy una ducha semi rápida, cuando escucho a alguien entrar en la habitación y mi sentido de alerta se activa, dejo el agua corriendo, salgo en silencio y me pongo la toalla, tomo el tubo que hay de alguna reparación en el cuarto de baño, lo sostengo firme, giro la perilla y salgo dispuesto a atacar a quien está de espaldas a mí, el tubo no llega ni a milímetros de distancia de su nuca cuando ya me fue arrebatado con un rugido en mi cara, me quedo estático y después del momentos de shock cuando reacciono sólo es Derek, él también parece estar tan sorprendido de que sea yo y no un cazador principiante, bajo la guardia y me regresa el tubo, hago un típico gesto de diversión y dejo el tubo en el baño, cierro la llave y tomo otra toalla, para secar mi cabello y cuerpo mientras dirijo la voz a Derek.

-Tu costumbre de no hablar e irrumpir en las habitaciones podría matar a alguien de un paro cardíaco.

Él, tan neutral como recordaba, bueno, no tanto como al principio de conocerle, me mira alzando las cejas, pero había algo más en su mirada, algo como... Satisfacción o orgullo. Lo miro en una expresión de pregunta mientras apunto a su cara con micro-acciones típicas mías

-Es bueno que tengas ese instinto de supervivencia.

Baja su mirada y quizá por primera vez desde que estamos en esta travesías de "héroes" nota mi cambio físico, resultado de los entrenamientos. Sigo su mirada con curiosidad y me pregunto si es idea mía o se detuvo en donde empieza la pelvis y desvía la mirada en un parpadeo

-Ya nada queda del chico que conociste Derek.

Aclaro mirándolo mientras ladeo la cabeza y me cruzo los brazos, él parece tenso intentando mantenerse relajado. Se mantiene en silencio unos momentos y después me mira con el seño fruncido levemente y un raro gesto en su boca

-Yo creo que no. Aun tienes esa actitud.

-Lo dices como si fuera algo malo.

Menciono cambiando mi gesto a uno de... Bueno, decepción, un poco de fastidio.

-Nunca dije que eso fuera malo.

Menciona como si supiera de que van mis pensamientos... Claro, estúpido olfato de lobo

-Deja de leer mis señales químicas, sé lo que haces. Es incomodo, se supone que tus pensamientos son tuyos pero tú los descifras con el olfato. Es una invasión a mi privacidad ¿Sabes?

Just For A While (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora