Día 7

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Ya había pasado una semana de la celebración de navidad y el año nuevo era prácticamente esta noche, la pareja se encontraba en su apartamento, el cachorro y el gatito estaban jugando junto al rubio.

-Tanjirou~- llamó repentinamente a su novio que se encontraba en la cocina preparando la cena.

-¿Pasa algo? - habló dejándose mirar lo que estaba preparando para mirarlo, aguanto una risa cuando vio cómo Hikari y Momoko jugaban luchando casi encima de Zenitsu, este se levantó y se dirigió a la cocina dejando a los animalitos con su juego.

-Es solo que... - dijo mientras llegaba al lado de su novio- Lamento que no puedas ver los fuegos artificiales con el resto.

Oh... Eso, el rubio siempre se sentía mal por esto en año nuevo, algo que apretaba el corazón de Tanjirou siempre, pero por más que le dijera que no era su culpa y que no importaba, su novio no dejaba de sentirse culpable.

-Zenitsu... Ya hablamos sobre ello- habló el burdeo suspirando algo enojado, ¿cómo hacerle entender que estaba bien para el pasar el año nuevo en su apartamento? Acordandose inmediatamente de algo- además, Hikari también va a necesitar ayuda con eso- mencionó mirando al cachorro.

El rubio también miró a dónde estaba Hikari jugando con el gatito, se sintió algo mejor, cosa que el chico de la cicatriz percibió con aquel olor que desprendió, sonriendo se dirigió a terminar su trabajo.

Zenitsu sólo se quedó mirando un buen rato al cachorro, que para Hikari sería un mal momento, el por otro lado gato era bastante inquieto y según lo que dijo Tanjirou cuando lo adopto, fue cerca de una tienda de pirotecnia, de hecho el burdeo aseguró que habían unos niños jugando con ella cuando lo trajo a casa y al mínimo no pareció importarle, estaba acostumbrado.

Pero el no se podía acostumbrar.

Resulta que su buena audición en muchas ocasiones era casi una maldición para el.

No soportaba el sonido de fuegos artificiales, aquel sonido era demasiado potente, su corazón casi se salía cada vez que escuchaba como explotaba uno en el cielo, sus oídos podían retumbar por varios minutos con uno solo, era demasiado agobiante para el.

Siempre se quedaba encerrado en casa junto a su abuelo y hermano para evitar aquel sonido, y aunque Kaigaku se quejaba enojado que por su culpa no podía ir como el resto de gente normal a mirar la pirotecnia, no lo dejaba solo, cosa que agradecía.

Luego cuando conoció a los que serían sus amigos, también siguieron la misma tradición de acompañarlo y no dejarlo solo mientras el cielo se iluminaba por aquellos pequeños cohetes.

Y ahora desde que se había ido a vivir con su pareja, pasaban el año nuevo en aquel apartamento, en ocasiones también llegaban sus amigos, pero este año el rubio insistió en que fueran a disfrutar de la noche, también intentó que Tanjirou fuera con ellos pero se negó rotundamente.

-Hey, Zenitsu - habló entonces el burdo sacando al chico de ojos dorados de sus pensamientos- está lista la cena... ¿Estás bien?.

-Si... Tan solo, preparándome mentalmente - sonrió para no preocuparlo, su novio asintió no queriendo insistir más, y beso su frente para luego sentarse junto a su novio a comer la cena.

Se la pasaron entre risas y anécdotas, para luego lavar los platos y pasar a ver alguna película ocasional típica de estas fechas.

Entonces, llegó la hora, faltaban menos de 10 minutos para que terminará el año, y el rubio se encontraba en ese instante sentado en la cama que ambos compartían regulando su respiración intentando relajarse, Tanjirou le dijo que fuera a la habitación siendo esta la habitación más lejana a donde estallarian los fuegos artificiales, mientras este se encargaba de ordenar el desastre que los animalitos habían hecho.

Tanzen xmas week 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora