Advertencia: el capítulo a continuación posee contenido sexual explicíto que puede alterar al lector. Por favor leer con precaución.
15 de septiembre de 2018
La tarde había avanzado más de lo que TaeHyung había notado. La penumbra del anochecer empezaba a infiltrarse por las ventanas de su hogar, cubriendo con sombras cada rincón de la casa. Había algo irritante en el silencio. En la monotonía de su propia respiración. En el vacío que ocupaba cada segundo desde que se había dado cuenta de que JungKook no había aparecido en todo el día.
No era la primera vez que JungKook se retrasaba, pero esta vez era distinto. Normalmente, JungKook se presentaba puntualmente, con su vestido bien acomodado y esa sonrisa cargada de ingenuidad que a TaeHyung le resultaba tanto irritante como intrigante. Esa ausencia, esa anomalía en la rutina, lo desconcertaba más de lo que estaba dispuesto a admitir.
Miró por la ventana hacia la casa de al lado. La penumbra cubría su fachada como un manto. Ningún movimiento, ninguna señal. Sólo las luces apagadas y la puerta cerrada. TaeHyung frunció el ceño, tamborileando con los dedos sobre la mesa. "Ridículo", pensó. "¿Por qué debería importarme? Es un niño molesto, nada más."
Pero había algo que lo impulsaba. Una sensación incómoda que le pinchaba el pecho con cada minuto que pasaba. Sus dedos se deslizaron por el borde de su mascarilla, como si necesitaran aferrarse a algo tangible para no ceder a la inquietud. No iba a quedarse esperando. No era de los que permitían que las preguntas quedaran sin respuesta.
Con pasos firmes, salió de su casa. La brisa cálida de la tarde lo envolvió al cruzar el jardín. Cada crujido de las hojas secas bajo sus zapatos parecía resonar más fuerte de lo necesario, como un eco en la quietud del bosque. La puerta de la casa de JungKook estaba cerrada, pero no asegurada. TaeHyung empujó el marco con suavidad, haciendo que cediera con un leve chirrido.
El interior era un reflejo de lo que esperaba, desordenado, pero extrañamente cálido, impregnado de un aroma dulce y familiar. Era tan... JungKook. Los muñecos perfectamente colocados en las esquinas, el conejo de trapo desgastado descansando sobre el sillón, y las huellas de su presencia esparcidas por toda la estancia. Pero algo no encajaba. Había un vaso volcado sobre la mesa, con gotas que parecían haber formado un rastro. TaeHyung siguió ese camino como si fuera un cazador tras una pista, cada paso llevándolo más profundamente al corazón de la casa.
Llegó a la habitación. La puerta estaba entreabierta, y una corriente de aire cálido escapaba de su interior. La empujó lentamente, y lo que vio lo hizo detenerse en seco.
JungKook estaba tendido sobre la cama, con un camisón liviano que apenas cubría su cuerpo delgado. Su piel brillaba por el sudor, como si su temperatura corporal hubiera subido más de lo normal. Su cabello negro estaba desordenado, pegándose a su frente húmeda, y sus mejillas estaban teñidas de un rojo intenso, contrastando con la blancura de la tela que lo envolvía. Sus labios, entreabiertos, parecían temblar con cada respiración superficial que tomaba, y sus ojos, vidriosos, estaban bordeados de lágrimas.
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FILTER | VKook [+18]
RomansaA JungKook le gusta usar vestidos y jugar con muñecas. A TaeHyung le gusta matar gente y comerlas. El Carnicero de Seúl y un chico escondido en medio del bosque cruzan sus caminos. ¿Qué podría salir mal? 🎈 JungKook bottom/TaeHyung top. 🎈 Posee...