×Chapter Seven×

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—¿Hola? — la voz de un soñoliento Boris resonó a través de la línea.

Había pasado ya un mes desde aquella discusión que por poco acaba con su relación.

Y Pavlikovsky... Bueno, él hizo el intento de cambiar, pero cuando hacía una cosa bien, dos más salían mal. Tal vez fue poco tiempo, o quizá demasiado, pero Mara se convenció por completo de que él no cambiaría...

¿A quién le mentía con eso de que 'yo sé muy bien que no cambiará', si ella aún tenía la pequeña esperanza de que él podría cambiar? ¡Ella lo quería tanto que le dolía!

Dolía...

—Feliz aniversario, bebé. — sonrió mientras se acomodaba en la cama.

Boris abrió los ojos de golpe. Diablos, había olvidado el jodido aniversario. Trató de sonar lo más alegre y emocionado que su voz ronca de medianoche le permitía. —Feliz aniversario, nena.

—¿Sigue en pie lo de ir a cenar a las ocho en ''Beverly's''?

—Y luego iremos a ver la última función de Joker. — Milledge sonrió. —Está bien, te veo mañana, preciosa.

—Te veo mañana. — y colgó la llamada.

||•••||

—¿No crees que es muy corto?— un sonriente Bill miraba a Mara desde la puerta.

Ella volteó a verlo. —¡Billy! — caminó rápido y lo rodeó con sus brazos. —¿Donde estabas metido? — preguntó cuando se separaron.

—Ya sabes, — rascó su nuca. — paseando por aquí, por allá. — levantó sus hombros.

—Siempre bohemio. — sonrió.

—¿Tú? ¿Como has estado?

—Bien.

—¿Hoy cumples un año de relación con Boris, no?

Con una gran sonrisa de bomba enamorada asintió con la cabeza. —Sí, dentro de media hora nos veremos en Beverly's.

Él se acercó a la ventana, señalando con su dedo índice las nubes grises en el cielo.—¿Llevarás paraguas?

—No, sabes que es muy raro que llueva. Mucho menos en verano, Bill.

Rodó los ojos. —Bien, pero cuando se te arruine el maquillaje no te quejes.

Bieeen. — habló mientras se sentaba en su silla. —¿Podrías pasarme los zapatos blancos?

Hizo lo pedido. —Ten.

Se los colocó, se levantó y lo miró con una sonrisa. —¿Qué tal? — dio medio giro, mostrando los detalles en encaje de su vestido corto color bordó.

Maldición. Ella seguía estando tan bonita como en el primer día en que la vio, pero ya era demasiado tarde para el 'pobre' Billy. Solo atinó a sonreírle. —Te ves muy bonita.

—Gracias, Billy boy. Ya debo irme, Boris odia cuando llego tarde.

—Te veo luego. — besó su mejilla.

—Adiós, Billy.

Juntos bajaron las escaleras para luego despedirse en la sala de estar, Mara esperaría a un Uber y Bill había llegado en su auto. Luego de unos minutos, ella subió al auto y se fue en dirección al restaurante Beverly's.

𝗠𝗬 𝗕𝗢𝗬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora