- Días después -
– ¿Viste esto? – Theo le entregó un volante rojo a Mara.
– ¿Qué es eso? – preguntó sin mucha importancia al abrir su casillero.
–Kirsten Robinson dará una fiesta el sábado. ¿Quieres ir?
Volteó a mirarlo. –Dos cosas; uno, mañana es sábado y saldré con Boris y dos ya te dije sesenta y cuatro veces que no. – tomó el volante y lo metió en su casillero, para después cerrar la puerta.
–Fueron sesenta y tres veces, y Boris va a cancelarte en cuanto te vea.
Rodó los ojos. –No es cierto. Ve con alguna chica, de seguro mueren por bailar hasta el amanecer contigo, Theo.
– ¿No me crees? – preguntó mientras acomodaba sus gafas. –Boris va a cancelarte en tres... dos... uno... – en cuanto dijo la última palabra, el nombrado apareció por detrás de Mara.
–Hola. – se acercó y plantó un corto beso en los labios de su chica. –Hola, Theo.
–Hola, Boris.
– ¿Sigue en pie lo de mañana?
Rascó su nuca, "nervioso". –Sobre eso...
Soltó un suspiro, ya sabía lo que venía. –Ya sé, ya sé. Tu padre quiere que hagan algo juntos o algo así, ¿no? – asintió con la cabeza.
– ¿No estás enojada? – negó.
–Igual debía cancelarte, mañana iré a visitar a unos familiares y estaré todo el fin de semana fuera.
–Si quieres podemos hacer algo esta noche...
Hizo una mueca con sus labios. –No puedo, iré al cine con Theo. – lo tomó por los hombros. –Adiós, Boris. – y sin más, dejaron al ruloso en medio del pasillo.
– ¿Cuando acepté ir al cine contigo? – preguntó una vez que llegaron al salón.
–Sí cierras la boca, iré a la dichosa fiesta contigo.
–Eso quiere decir que no iremos al cine, ¿verdad?
–Yo sí iré, tú no.
||...||
– ¿Con quién?
–Con alguien. – respondió simple. Acomodó su corto vestido rojo y miró pícara a Theo.
–Oh, por favor, no intentes ser misteriosa. Sé que saliste con alguien y estoy casi cien por ciento seguro que no fue con Boris.
– ¿Tan obvia soy?
–Demasiado. Y podría apostar cien dólares a que tuviste sexo con ese alguien.
– ¡Theo! – golpeó su brazo.
– ¿Acaso miento? – levantó sus cejas.
Abrió su boca para protestar, pero sabía que no mentía. –Da igual, estoy acompañándote en la fiesta, ¿no?
–Uhm... sí. – levantó sus hombros.
–Diablos. – miró a su alrededor. –Parece que toda la escuela está aquí.
–Ven, vamos por un trago.
El reloj marcaba las dos y tres minutos, cuando la música llenaba el lugar junto al alcohol, unos cigarrillos y unas cuantas pastillas de vi codín tomaban su lugar llamando la atención.
En la mesa central del patio trasero, junto a la enorme piscina, una chica de cabello rubio y ojos verdes estaba llamando la atención de todas las personas del lugar, incluso las de adentro de la casa.
–Hey, chicos, – comenzó a hablar en voz alta por un micrófono. –cuando las clases comenzaron con mis amigos hicimos una apuesta, y ya tenemos al ganador, ¿saben quién es? – la multitud comenzó a preguntar quién era. – La ganadora es... ¡Sandy! – las miradas apuntaron a la castaña, estaba junto a Boris, que tenía una mirada confusa, escondiendo miedo. Mara y Theo miraron hacia donde la luz apuntaba, y lo vio. – ¡Ella es la ganadora por enamorar al tonto ruso adicto! – comenzaron a reír a carcajadas. – ¿Qué creías, Boris? – bajó de la mesa y caminó hasta él. – ¿Qué ella en realidad te quiere? ¿Qué en realidad la vuelves loca? ¡No es cierto! ¡Su novio es Connor Minogue, el capitán del equipo de fútbol! ¡Pobre idiota sin estilo! ¡Tan enamoradizo! – soltó una estruendosa risa y le entregó los mil dólares a la ganadora.
–Lo siento, Boris, una apuesta es apuesta. – Sandy se encogió de hombros. –No lo tomes personal, Jack debía enamorar a tu chica pero no logró nada. Y aunque el sexo contigo fue genial, debo ir con mi chico. – sonrió sin culpa. –Adiós. – movió su mano mientras se alejaba.
Boris aún no podía asimilar lo que estaba pasado.
Engañó a su novia, la persona que más lo quería, y ahora toda la escuela lo sabía.
Decir que es un gran idiota, es poco. Se sentía como la peor persona del mundo, y quizá lo era. Pobre iluso, creyó que era su chica, pero no lo era.
–Hola, Pavlikovsky.
– ¿Qué quieres, Wilson?
– ¿Aún recuerdas lo que te dije cuando descubrí que engañabas a Mara?
–No. – rodó los ojos.
–Bueno, te lo recordaré, te dije que si la lastimabas te daría más que un golpe. – con su mirada apuntó a la peli rosada que todavía los miraba anonadada. –Y yo sí cumplo mis promesas. – le dio un fuerte golpe en el estómago, un gancho en su barbilla, y luego otro golpe en el ojo. –No me veas así, – le dijo una vez que lo dejó respirar. –yo te lo advertí, amigo. – y por último un puñetazo en el cuello, dejándolo sin vía respiratoria, y con simple empujón lo tiró a la piscina, dejando que se ahogue.
Muy bien, amigo
Ve a tropezarte con un cuchillo
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𝗠𝗬 𝗕𝗢𝗬
FanfictionSolo una pequeña historia de Boris Pavlikovsky inspirada en ''My Boy'' de Billie Eilish. Re-subida.