DOS

57 15 2
                                    

Se me ponen los pelos de punta al recordar nuestro primer beso y porque haya sido auténtico e intenso sino porque justamente me sigue encantando y no es algo que esté bien ni tampoco en ese momento lo estuvo.

Antes de que comenzaras a usar una frase que sería de las te caracterizaría para siempre, te tomé de la cintura y recuerdo que uno de tus "amigos" nos miraba sorprendido, y lo entrecomillo porque después me contaste que no lo conocías y que era alguien random que una amiga tuya sugirió se quedara ya que él estaba solo. Nos besábamos, de a ratos parábamos pero no para charlar sino para mirarnos y sonreír, y después continuábamos. Cuando terminó el show de Maxi Trusso arreglamos que iríamos juntos a ver a The Hives y después volveríamos corriendo para ver a los monos, era un buen plan.

Recuerdo tan claro cuando tu amiga te avisa que le llegó un mensaje de otro amigo, uno tuyo que con el tiempo detestaría -no por celos ni nada sino por un odio que nacería primero de él sin conocerme-, luego de eso me explicaste que se iban pero que volvías y sin ser nada, solo dos personas que hacía una hora nos conocíamos me diste lo que vulgarmente se lo conoce como 'pico' y te fuiste. No te voy a mentir, me sentí raro, me había cautivado el gesto mas no dejaba de ser extraño. Ahora que lo recuerdo, sonrío y  mientras, te escribo pero no pasaron ni veinte minutos que le dije a Sabrina que te quería ir a encontrar en el camino, a lo que ella me dijo que esperara pero terco, salí a buscarte.

-¡Ay, hola! ¡Menos mal que nos cruzamos!- me dijiste sonriendo cuando te encontré a menos de un metro del stand de Maru Botana, no habré demorado casi nada en hallarte.

-Sí.- dije casi temblando - Es que tenía que buscar a alguien.- agregué.

Esta es otra de las cosas que jamás podré sacar de mi cabeza pero recuerdo como frunciste el seño y un tanto ofendida preguntaste:

"¿A quién?"

-A vos, te salí a buscar a vos.- respondí.

Me tomaste ambas manos con las tuyas y luego guiándome, me fuiste llevando a donde estaban mis amigos -destaco que siempre tuviste un excelente sentido de ubicación y memoria para recordar caminos y trayectos, sin GPS ni nada de eso-, pero para mi terrible suerte mis amigos no estaban.

-¡Ey! ¡Podés quedarte con nosotros!- sugeriste y acepté sin dudarlo.

Te seguí de la mano pero esta vez casi corriendo ya que en menos de diez minutos arrancaban a tocar The Hives pero era tanta la cantidad de gente que había y que empujaba que te solté , y cuando lo quise notar ya no lograba verte. Caminé intentando encontrarte y en el camino encuentro a otra amiga: Lucía.

-¿Qué onda, Gon?- me saluda -¿Estás solo?- pregunta.

-No, estaba con alguien pero la perdí en el camino.- contesté.

Ante esto Lucía que estaba con su grupo me sugirió que me quedara con ellos y avisó que también estaba por ir al otro escenario, esperaban a alguien que ya estaba por aparecer e iban hacia allá. En efecto esta persona llegó y fuimos, en el camino raramente, solo iba pensando en vos y en que quería encontrarte, estar ahí y juntos ver a Arctic Monkeys, y si se preguntan porqué no la llamaba, recuerden que no nos habíamos pasado nuestros números. Llegamos, no te encontré y vi con el grupo de mi amiga a The Hives, fue un show único, el mejor de la noche, sí, mejor que el de la banda de mi vida cuyo vocalista fue mecánico a la hora de hacer su performance y no sé, tal vez sea porque no los vi con vos y sí, me estoy adelantando al final de este capítulo pero no hay mucho que agregrar.

Terminó ese show, salimos corriendo de nuevo, no te encontré obviamente y vi a los monos en vivo, no voy a negar me encantó el show pero comparando a quienes los telonearon me dejó un mal sabor de boca al final. Siempre que voy a un recital voy con mis bolsillos de adelante llenos en uno llevo el teléfono y una caja de Marlboro, mientras que en el otro dos cajas cerradas. Será por los nervios que fumé tanto pero solo me quedaba media caja y era largo el camino desde el predio hasta la estación Palermo, correspondiente a la línea de trenes San Martín.

Salí solo, perdí a ese grupo, te envié un mensaje directo a través de Twitter y caminé. Cuando llegué a la estación solo tenía un cigarrillo que no prendí ya que no conocía de noche la zona y pensé que tardaría en hallar un kiosco pero por suerte encontré enseguida uno, compré dos cajas y cuando imtento subir las escaleras me avisan que recién a las 3 de la mañana comenzaban a andar los trenes. Y claro en más de las doce de la noche, el último ya había pasado, así que esperé hasta que vi cerca un bar ye acerqué para tomar una cerveza, no recuerdo el precio pero era carísima y si quería volver a comprar otra caja de cigarrillos debería tomar solo una y hacerla rendir, me acuerdo que mientras esperaba veo pasar a Lucía con su grupo y para alegría mía deciden quedarse a beber conmigo, si era para dividir gastos sí contaba con el dinero necesario así que prácticamente di en el clavo.

Pasó rápido el tiempo a decir verdad y cuando me quise dar cuenta, una de las chicas que tomaba con nosotros me avisa que ya estaban abriendo para subir a los andenes, así que saludé y me fui. Para más sorpresa mía miro mi teléfono y tenía un mensaje tuyo, avisando que ya estabas en tu casa, que te avisara por favor cuando yo llegue y al final, tu número de teléfono.

L.D.M. (PARTE UNO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora