SIETE

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-¿Quién es Tamara?-

No necesité pensarlo y no me dio la cara para contestarte esa pregunta, te volví a bloquear de todos lados.

A continuación voy contarte algo que en el momento que casi lo sabés, decidí omitir pero considero hoy que es importante que lo sepas.

A finales de abril luego de lo que pasó lo de Tamara, empecé a hablarme con alguien del profesorado: Belén. Nombre que ya estando de novios una vez, ebrio, mencioné por llamada y al otro día cuando me preguntaste mentí diciendo que era alguien sin tanta importancia.

Belén cursaba en el instituto donde ese año estaba haciendo el profesorado y para principio de mayo antes que te desbloquera y bloqueara nuevamente, ya me había besado con ella. Y para luego de que me hicieras esa pregunta ya lo habíamos hecho varias veces, llegando a tener en junio, una relación amorosa con ella por así decirlo. Entiendo que esto es algo que jamás supiste, reitero pero no me parece justo que sigas sin saberlo a estas alturas.

Fue una relación fugaz y no es la más tóxica que tuve pero está en segundo lugar después de Sofía. Para cuando empecé este romance desconocido para vos yo estaba hace dos meses en un nuevo trabajo y siendo novato comencé a tener falencias en mi desempeño laboral, frutos de lo enfermizo que era ese pseudo-noviazgo.

Belén me había notado casi a principio de año y al igual que yo, llegaba temprano al instituto por lo que varias veces habremos estado fumando juntos en la entrada sin hablarnos. A todo esto, a pesar de que yo estaba junto a ella y que habíamos dejado todo en la nada; Tamara me seguía observando, algo que Belén notaba y asimismo, siendo tan curioso, ella sabía lo que había pasado con la muchacha cara de luna de Whatsapp porque la primera vez que pasó nos vio. Algo obvio porque -reitero- ella también llegaba temprano a cursar.

-¿Por qué mierda te mira tanto esa pendeja, loco? ¡Qué bronca!- expresó Belén mientras estábamos abrazados y justo pasaba Tamara.

-No sé la verdad, ni idea.- respondo sinceramente basándome en que no tenía importancia ahondar mucho ese tema y otra porque ni sabía porqué seguía haciendo.

-No me jodas, boludo, sé que te la re comiste. ¿Qué onda? No me tomes de pelotuda.- agregó furiosa mientras el abrazo se transformo en algo violento, me apretó el brazo con fuerza casi tironeando y amagó con pegarme una cachetada.

Admito que fue chocante pero la verdad no sé si fue porque ya había pasado por situaciones así con mi primera novia que lo único que hizo fue zafarme y dejarla ahí, donde estábamos e irme afuera del instituto, en sentido a la parada del colectivo para luego de eso volverme a casa. No miré hacia atrás, sé que se quedó allí, donde la dejé y no me llamó ni siguió por suerte, y fue hasta después de la medianoche que me llamó disculpándose por su actitud aclarando que no hacía falta que estemos mal y que no volvería a pasar. Le creí, por desgracia, acepté sus disculpas y continúamos saliendo.

Juro que después de eso pensé seriamente en escribirte pero no era justo después de tantos años con idas y vueltas, prácticamente tomándote el pelo no podía. Además ¿para qué? ¿para volver a bloquearte nuevamente luego que supieras de eso?

La promesa de que situaciones como esa no volverían a pasar duró poco, los primeros días de julio Belén había logrado establecer un control enfermizo en mi persona y no tratándose de preocupación o algo así, me mandaba mensajes y llamaba constantemente interrogándome dónde esta o qué estaba haciendo en los momentos que no estaba con ella, llegando a molestarme hasta en mi trabajo, siendo por eso que sentí por primera vez abandonarlo todo por su presión.

Recuerdo habérselo contado a mi compañero de trabajo, ya no podía seguir soportando y fue así como gracias a su consejo decidí seguir trabajando y estudiando pero esta vez sin Belén a mi lado. No puedo acordarme si fue un lunes o martes, sí sé que fue casi a finales de julio que decidí terminar esa relación y decidido lo iba a hablar esa mañana sabiendo que siempre la encontraba a la mañana.

Ese día llegué tan temprano que las puertas del instituto estaban cerradas por lo cual decidí dar una vuelta hasta que sea la hora y así poder hablarlo y así, sacarme es peso de encima. No habré llegado ni a la esquina que la vi, apoyada contra el paredón de una casa cerca de donde cursaba, besándose con otro muchacho. Admito que me sorprendí pero no fue algo que me puso mal, en el fondo fue un alivio pero aún así no dejaba de ser incómodo y decidí volver en sentido al instituto e ir por otro camino a la parada del colectivo para volver a casa, necesitaba eso realmente y a su vez por segunda vez en ese vez, sentí la necesidad de escribirte pero esta vez más intensa que la anterior al punto que directamente quería escuchar tu voz.

Habré llegado a casa casi a las 8 de la mañana y para ese momento toda las clases en el profesorado ya habían comenzado. Tenía varios mensajes de Belén en Whatapp y una llamada perdida pero decidí ignorar todo, no entrar y acostarme a dormir.

L.D.M. (PARTE UNO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora