S e v e n

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¡Hoy es un gran día para morir!.jpg

No, hay un chico llamado Andrés que me espera. Así que no puedo morir ocupado por el tipo que se encuentra frente mío, sonriendo con maldad.

Tengo miedo.jpg

—¿Y q-qué pasó?

No sabía qué decir o preguntar exactamente. Al fin al cabo, él había querido hablar conmigo al terminar la llamada de Mike, la cual fue muy extraña.

Debería estar en mi casa, eligiendo qué ropa utilizar para sorprender a Sparta, y no aquí, hablando con la tostadora. Su expresión denotaba lo fastidiado que estaba sobre algo desconocido para mí. Acaso... ¿Se enteró?

—Aver, Gonzalo... —me dio un escalofrío al escuchar mi primer nombre con su voz— Yo sé que te gusta Sparta.

N-no... No puede estar pasando esto.. ¿Cómo se en-

JAJAJAJA. ¿A quién miento? Creo que mis expresiones y la manera con la que me comporto con Sparta, hace notar lo mucho que me gusta. Pero, ¿cómo ocultarlo? He estado guardando todo lo que siento desde ya hace un tiempo.

—La mayoría lo sabe; pero al parecer Mike no lo ha notado —siguió, juntando sus cejas. Al parecer se encontraba preocupado—, o no lo ha querido notar.

—No tengo idea... —respondí sincero. Recién me había enterado de los sentimientos de mi mejor amigo.

Gracias, Flex.

—Raptor, si descubro que te encuentras jugando con los dos... Prometo que te haré la vida imposible, junto a Víctor.

—Pero, May, tú mismo acabas de decir que me gusta Sparta. Yo no sería capaz de jugar con aquellos dos, y menos si se trata de mi mejor amigo y Sparta.

Tenía que dejar en claro a Mayo que ni se me había cruzado en la mente jugar con los sentimientos de Mike ni los de Sparta. Mas bien, estoy tratando de conquistar al último, quien ahora mismo piensa que me gusta Mike...

Sparta y Mike son muy unidos.

Oh no.

—Bueno, si es así me dejas más tranquilo, ¿sabes? —Mayo se levantó de la banca en el que se había sentado. Ya había quitado aquella mala cara y ahora sonreía, volviendo el lindo y tierno Mayo.

—S-sí.

—Me tengo que ir, de seguro Víctor debe estarme buscando —dijo, aunque no sabría si estaba hablando para sí mismo o  para mí—. Nos vemos en la noche, réptil.

Solo vi como se alejaba del parque, dirigiéndose en un camino contrario en el que debería irme yo ahora.

Mi yo se encontraba tan preocupado y perdido que no sabía qué hacer o a dónde ir.

A verdad, tenía que ir a mi casa a alistarme.

Durante el camino a casa, mi mente empezó a divagar en todos los momentos vividos que tuve con Mike. No podía dejar de pensar en cómo pudo haberse interesado en un inútil (como suele llamarme) y tonto como yo. :(

Nah, a quién miento. Estoy re-mamadísimo.

Solo es mirar este cabello castaño oscuro y mis hermosos ojos verdes que pueden hipnotizar a cualquiera, incluso a mí.

Admiren esta belleza ecuatoriana.

El cielo ya empezaba a oscurecer y los faroles cobraban vida, para iluminar a todos los transeúntes con el objetivo de llegar a su destino y no perderse en medio de la oscuridad.

Llegué a casa y me alisté de manera rápida. Ya saben, lo simple: bañarse, cambiarse, peinarse y colocarse algo de perfume. Debo oler bien para mi Spartita.

Salí de mi casa, sin despedirme de mi hermana la cual se encontraba en su habitación viendo anime o jugando videojuegos, y mis padres no se encontraban. Sin percatarme, ya me encontraba al frente de la casa del perro Mike, quien salió al tan solo verme por la ventana.

Me estaba poniendo nervioso...

—Hola, Gonzalo. Creo... Creo que debemos irnos ya.

—S-sí.

—Por cierto, te ves bien —comentó, con sus mejillas prendidas y una sonrisa tímida.

No voy a negar que Mike es un chico muy tierno y simpático; pero soy fiel a mi lindo Sparta.

—Igual tú. No estás tan feo como siempre.

—Ja. Ja —golpeó con suavidad mi hombro—. Nunca más te vuelvo a halagar, réptil inútil.

—¿Seguimos con los insultos, perro? —pregunté, aguantando una risita.

Realmente me parecía muy cómodo y divertido hablar junto a él. Tengo miedo que todo esto cambie al aclararle lo que verdaderamente siento.

—Por cierto, Mike. Necesitaba hablar contigo sobre algo importante...

Éste dejó de caminar, para mirarme con un inusual brillo en sus ojos grisáceos, gracias al reflejo de la luna que chocaban perfectamente en su rostro.

Mierda. No sabía que rechazar a alguien era tan difícil.

—Yo... Bu-bueno... —empecé a titubear como siempre, buscando palabras exactas para explicarle todo de una vez.

Iba a volver abrir la boca, pero su voz me interrumpió:

—M-me lo puedes decir luego, ¿sa-sabes? —se notaba el nerviosismo en su voz—. Ahora se nos hace tarde.

—Tienes razón. Vamos, ¿una carrera?

Mike empezó a correr como todo un guarro que es.

—¡El último en llegar es un réptil inútil! —gritó, ya algo lejos de mí.

—¡Hey, no es justo!

Espero que todo salga bien.

Cuando llegamos a casa de Timba, nos encontrábamos bien cansados y agitados por las cuadras corridas.

—En este momento me pongo a pensar el porqué te hice caso..

Solo reí como respuesta y seguí para tocar el timbre, luego solo oí el chillido de la puerta al abrirse y el rostro de Sparta.

—¡Raptor —exclamó con una gran sonrisa; sin embargo al ver a Mike junto a mí, cambió— y Mike! ¿Vinieron juntos?

—Pue–

—¡Sí! El réptil tuvo que pasar por mi casa para llegar.

Sparta solo se hizo a un lado y nos hizo pasar.

Por favor, diosito, que Andrés no piense que Mike y yo tenemos algo.

—¡Hasta que llegó la parejita! —exclamó Timba, sonriendo de manera amigable.

Wow, me gustaría que sonriera igual cuando me encuentre cerca a Sparta.

Hablado de Sparta, ¿dónde está?

Miré a todos lados, sin encontrarlo.

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Capítulo largo(? :0?

Sé que hay mucho MikeRap... Pero ya llega el SparTor, ¡esperen! ;3

Sin más qué decir,

c me cuidan chiribiquis
-c va volando-

La "Familia" de SpartaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora