Capítulo 8

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Los rayos de sol entraron por la pequeña ventana de la sala. Se dejaba apreciar al moreno lanzado muy cómodo en el sofá y al rubio durmiendo con el rostro apoyado en las piernas del ajeno.

Como si fuera su entrenamiento, al sentir la luz sobre sus ojos, Jack se despertó, y tras tallar sus ojos por unos instantes los abrió e inspeccionó el lugar donde se encontraba.

La cabeza le taladraba, recuerdos le golpeaban la mente y los sonidos que oía eran muy fuertes para su sensibilidad auditiva.

Miró de lado, su compañero o, contrincante, seguía plácidamente dormido como un niño.

Más preguntas llegaban a su mente, preguntas con respecto a la noche anterior, a la identidad del mayor y sobre el lugar donde estaba descansando. Pero, poco podía hacer al pensar todo eso, ya que no tenía respuestas ni pistas.

La primer idea de su confusa mañana fue escapar, pero primero debía buscar sus pertenencias.

Su ropa estaba colgada sobre una delgada soga en la cocina, las tanteó y al comprobar que estaban secas se cambió ahí mismo de ropa, sabía que el moreno seguía dormido pero no quería confiarse así que se apuró.
Luego de esto, volvió a la sala donde aún el joven durmiente seguía descansando.
Pasó por su costado lentamente, en cunclillas para no hacer ruido, hasta toparse con la puerta principal. Giró la perilla con cuidado y cuando escuchó que se abría una sonrisa le inundó el rostro. ¡Ya estaba cerca!
O eso creía cuando una mano por encima de su hombro cerraba la puerta ferozmente, a la vez que la segunda mano le tomaba por la cintura y le giraba totalmente en su lugar.

–Querido Jackie~. ¿A dónde ibas?- Preguntó sonriendo falsamente y con aura inocente, ambas gran actuación.

–A... Tomar aire.- Respondió nervioso y asintiendo con la cabeza mientras su manos se movían nerviosamente.

–¿Aire? Yo puedo darte de mi aire.

–¿Eh?

El moreno acortó la distancia entre ambos rostros y ambas manos de éste fueron a la cintura del ojiazul. Jack se removió tratando de zafarse pero solo causó que las manos fuertes ajenas le sostuvieran con más fuerza.
Al final, terminó por unir ambas bocas en un delicado beso, nada brusco ni ansiado como ayer, si no más dulce.
Al separarse en sus ojos negros como la noche se podía ver un brillo especial, lo que para Jack solo parecía la llama del infierno creciente.
Éste último boquiabierto por la sorpresa desvió el rostro enfadado.

–¿Acaso no querías aire?- Preguntó burlón mientras soltaba su agarre y se disponía a alejarse por la pequeña sala.

–...

Reyes se estiró en su lugar, incluyendo un bostezo, con una sonrisa de victoria que no abandonaba sus labios.

–Te dije que te llevaría a comer. Nuestra primer cita y ya quieres huir, no vamos bien, pequeño Jack.

El nombrado bufó cruzándose de brazos y sin creerle reprochó.

–No es necesario, solo quiero volver al cuartel.

–Si te llevo debe haber una condición.– Mencionó dedicándole una sonrisa.

–¿Cuál?

–Quiero verte dos, no, tres veces por semana. Puede ser de día o de noche, pero dado nuestras situaciones que sea de noche.

–¿Donde está lo justo de eso? Yo no tengo intención de verte.– Le miró enojado y mordiendo su lengua.

–Es eso o te quedas aquí.

A fin de cuentas, el menor aceptó.

–Sabes que estamos en bandos diferentes y que el conocernos ya es un error, también que intenté matarte varias veces antes y que no confío en ti. Entonces, ¿Por qué actúas así?

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⏰ Última actualización: Jan 08, 2020 ⏰

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Estúpida sombra. (Reaper76)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora