4 ~ El plan

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Estábamos de camino a la ciudad con el chico del río, al acercarnos y ayudarle me di cuenta de que era el chico nuevo, ni siquiera sabía su nombre, lo único que sabía era que Bowers y su pandilla también lo molestaban.

-Me parece genial que ayudemos al chico nuevo, pero tenemos que pensar en nostros. ¡Sangra muchísimo! Y ya sabéis que ahora mismo hay una epidemia de SIDA, ¿no? -me estaba cansando de escucharlo, menos mal que quedaba poco para bajar de las bicis y poder callarlo-. Un amigo de mi madre de Nueva York lo ha pillado solo por tocar una barra sucia del metro, ¡y se le ha metido sangre con SIDA por un padrastro! ¡UN PADRASTRO! Y se puede amputar una pierna o un brazo, pero como se amputa... ¿Como se amputa una cintura? ¿Sabréis que en los callejones hay agujas sucias con SIDA no? ¿Lo sabéis no?

No aguante más, bajé y le di una cachetada bastante fuerte.

-¡Edward Kaspbrak! O te callas o te juro que cojo todas las agujas que encuentre por la calle y te las clavo en la punta del...

-Wow, por eso me gustas -me guiñó el ojo Tozier.

-Idiota... -susurré, pero estoy segura de que me oyó.

-Tú Richie, espera aquí, vamos -salimos corriendo.

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-¿No sabes que aquí estan prohibidos los animales? -sí, justamente hemos tenido que ir a la tienda del padre de Gretta, genial.

-Que cruel tu padre al prohibirte en su propia tienda, ¿no crees? -no se que me pasaba últimamente, siempre he sido de las que se callan y dejan que se metan con ella.

-Eres una guarra.

-Y tu no has visto una polla en tu vida, tal vez la de tu padre que es un maldito pervertido ¿Me vas a pegar? -pregunté cuando vi que levantaba la mano-. Oh como eres un animal y no sueles entrar no lo sabes... aquí hay camaras de vigilancia, ¿y no querrás una prueba de como pegas a una pobre cliente que solo quiere comprar unas vendas verdad?

-A la próxima no te libras, Pearson -habló amenazante.

-Lo estoy deseando... -me di media vuelta y llegué al pasillo donde estaban los chicos.

-Si mi madre se entera de que he comprado todo esto, me paso el fin de semana en urgencias radiándome de pies a cabeza -escuché hablar a mi primo.

-Gracias por avisar de que lo habeis encontrado, se nota que sois buenos amigos.

Se me quedaron mirando pero como supuse que no sería a mí, me di media vuelta y la vi, allí parada a menos de medio metro de distancia de mi y con una mano tras su espalda, tenía cara de incomodidad.

-¿Estás bien?

-Claro, ¿que os a pasado? -yo estaba quieta frente a ella.

-No es asunto tuyo -respondió Stanley tan amable como siempre.

-Hay un niño fuera, le han dado una paliza -soltó Eddie.

-Necesitamos c-co-comprar cosas, pero no tenemos suficiente dinero.

-Tengo un plan -me susurró su idea al oído y me puse roja, sentí mi cara arder -¿Te parece bien?

-S-sí, est-t-tá bien -respondí después de pensarlo un minuto, estoy segura de que si hubiera estado Richie habría hecho un comentario gracioso burlándose de mi y diciendo que me parezco a Bill.

Bev rompió un poco mi camisa por la parte superior, haciendo ver mi escote y me subió tanto los vaqueros que se me veía un poco el trasero.

{● ● ● ● ●}

-Me gustan sus gafas señor Keene... Es clavado a Clark Kent - el soltó una pequeña risa.

-No se yo si eso es así.

-Claro, usted se ve mucho mas sexy -dije pasando la lengua por mi labio labio superior, a lo que él subió sus cejas y abrio sus ojos.

-¿Puedo probarmelas? -dijo Bev de forma seductora, tuve que controlarme para no decirle lo hermosa que era porque las ganas de hacerlo me consumían. Él aceptó después de echar un vistazo para ver si habia alguien en la tienda- ¿Que tal me quedan?

*Te pongas lo que te pongas estás preciosa joder, deja de torturarme siendo tan guapa*

-Eres clavada a Lois Lane... -sonrió. No era una buena sonrisa, era una sonrisa de pervertido, se la estaba comiendo con la mirada y apostaría a que si fuera posible en ese instante me saldría humo de la cabeza. Entonces fue cuando se me ocurrió hacer algo, tampoco quería que me mirara a mí pero era mejor a que la mirara a ella.

Fingí que se me cayó una moneda hacia atrás, me di la vuelta y me agaché para cogerla haciendo que se viera más mi trasero. Me levanté y volví con ellos.

-Soy un poco torpe... -reí haciendome la tonta, luego me arrepentí al recordar que los otros perdedores aún seguían ahí.

-Tome aquí tiene -le fue a dar las gafas tirando una mini estantería de plástico que tenía paquetes de tabaco-. Mierda, lo siento mucho.

-Tranquila... -dijo y se agachó a recogerlo, mientras ella se giró y con una mirada bastó para que los chicos salieran corriendo del lugar, no sin que antes Eddie se comiera una estantería. Marsh aprovechó y cogió un paquete para guardarselo.

Proud to be a loserDonde viven las historias. Descúbrelo ahora