Capítulo 4

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Me desperté sintiéndome igual de cansada que la noche anterior, sin embargo me obligué a mi misma a levantarme de la cama y bajar a desayunar.

El cielo era gris, como el día anterior, y las gotas de lluvia empapaban las ventanas.
Salí de mi habitación y me dirigí al comedor usando toda mi fuerza de voluntad.

Aún no había nadie en la mesa, así que me senté allí y esperé. - Buenos días Gwendolyn. - el profesor apareció de pronto. - Te echamos de menos anoche en la cena. -

- Sí, lo siento, pero no tenía mucho apetito. - me disculpé.

El profesor asintió. - ¿Y cómo te encuentras? -

Sonreí forzadamente. - Bien. - mentí.

Los Pevensie llegaron un poco después. - Buenos días. - exclamó Lucy al verme. Se acercó a mí y me abrazó cariñosamente. Susan me sonrió cálidamente y Edmund, como siempre, se mantuvo en silencio.
La mirada de Peter se cruzó con la mía, pero enseguida la aparté.

- ¿Cómo has dormido? - preguntó Susan.

- Bien, ¿y vosotros? -

- Bien. - respondieron únicamente Susan y Lucy.

El desayuno fue algo incómodo, aunque el profesor intentaba sacar tema de conversación, y yo solo daba vueltas a la comida que tenía en el plato. El almuerzo fue exactamente igual.

Estuve todo el día en mi habitación, ya que no dejaba de llover. De vez en cuando escuchaba a los Pevensie por los pasillos, y a veces Lucy o Susan aparecían por mi habitación y pasaban un rato conmigo.

~.~.~.~.~.~.~

- ¡Peter! ¡Peter despierta! - desperté sobresaltada al escuchar los gritos de Lucy. Me levanté enseguida preocupada y fui a buscarla para saber que pasaba. - ¡Peter despierta! ¡Existe de verdad!

Llegué enseguida a la habitación de los chicos. Lucy se encontraba en la cama de Peter, agitándolo sin parar.
- ¿Qué? - dijo este medio dormido. Debía ser medianoche.

- ¡Narnia! Está dentro del armario. - continuó la pequeña. Entonces me di cuenta de que Edmund se encontraba fuera de su cama también.

- Lucy lo habrás soñado. -

- Pero es verdad, y esta vez Edmund también venía. - replicó Lucy. Dirigió la mirada hacia mi haciéndome sentir incómoda. - Tu me crees, ¿verdad? -

- Yo... - noté la dura mirada de Peter sobre mí y no supe que responder.

- ¿Eso es cierto Edmund? - intervino Susan, ayudándome.

- Bueno en realidad, él no estaba conmigo. - Lucy interrumpió, frunciendo el ceño. - ¿Tú dónde estabas? -

Edmund se rascó la nuca nervioso. - Lo siento Peter, yo solo estaba siguiéndole el juego. Ya sabes como son los niños pequeños de ahora. - una sonrisa de superioridad adornó su rostro. - Nunca saben cuando dejar de mentir. -

Lucy jadeó y fue incapaz de contener las lágrimas. Salió corriendo de la habitación, mientras Susan y Peter iban tras ella, este último después de darle un empujón a su hermano, tirándole a la cama.

- ¿Por qué has hecho eso? - le pregunté a Edmund.

- No es de tu incumbencia. Metete en tus asuntos. - no era la primera vez que me decían eso, pero aún así me dolió.

Intenté tranquilizarme, pero después del día que llevaba ya no pude contenerlo más. - ¿Sabes qué? ¿Por qué no dejas de comportarte como un estúpido con tus hermanos y con los demás? El mundo no gira a tu alrededor. Date cuenta de lo que tienes y aprende a apreciarlo porque un día no estará ahí. No eres el más adecuado para quejarte de tu situación. Así que madura y deja de compadecerte. - Edmund me miró sin decir una palabra. - Buenas noches. -
Salí de la habitación enfadada, aunque algo aliviada y volví a mi cuarto.

Who Am I | Peter PevensieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora