Capitulo 5

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"Nos veremos pronto pequeña"
"No dejaré que te hagan daño."
Oía distintas voces una y otra vez pero no podía saber a quién pertenecían.
Varias imágenes aparecieron, una detrás de otra: un manto blanco que cubría todo a mi alrededor; de pronto, la imagen de un bastón afilado de hielo, seguido de un fuerte rugido y de un león abalanzándose sobre alguien.

Me desperté sobresaltada y sudorosa.
Miré a mi alrededor intentando averiguar dónde estaba: seguía en mi habitación, en la casa del profesor.

Intenté juntar las piezas del sueño que acababa de tener, pero no entendía nada. Un cúmulo de información sin sentido se agolpaba en mi mente.

Un bosque helado... Justo como Lucy había descrito.
Debía estar volviéndome loca, pero algo raro estaba pasando.

Miré el reloj de mi mesilla; las 7 y media de la mañana. Aún era algo pronto pero decidí comenzar a prepararme para bajar a desayunar.

Durante el desayuno estuve algo distraída.
¿Debería hablar con el profesor? Al fin y al cabo, si alguien iba a creerme, era él.

- Oye, ¿todo bien? - susurró Peter inclinándose hacia mí ligeramente.

- ¿Qué? - pregunté distraída. - Eh... sí. - El mayor de los Pevensie frunció el ceño, no muy convencido.

- ¿Seguro? - insistió.

Sonreí intentando tranquilizarle. - No he dormido muy bien, eso es todo. - me encogí de hombros quitándole importancia.

Peter asintió satisfecho, o al menos eso parecía. - Después vamos a salir fuera. ¿Te apuntas? -

Me lo pensé detenidamente. En realidad no había dormido bien y necesitaba descansar. Peter me miró suplicante sabiendo cual iba a ser mi respuesta. - Vale. - respondí finalmente. - Supongo que un poco de aire fresco no me vendría mal. -

~.~.~.~.~.~.~.~.~

- ¡Peter se dispone de nuevo a eliminar al bateador! - Peter lanzó con fuerza la pelota, esperando que Edmund la golpeara con el bate de béisbol, pero esta acabó chocando con el brazo de Edmund.

- ¡Ay! Me has hecho daño. - se quejó el pequeño mientras acariciaba su brazo.

Peter rió ligeramente intentando eliminar la tensión del ambiente. - ¡Uy! ¡Despierta, que estás en las nubes! - bromeó.

Edmund no dejó de fruncir el ceño a la vez que miraba con enfado a su hermano. - ¿Por qué no jugamos otra vez al escondite? -

Todos lo miramos extrañados. - ¿No decías que era un juego de niños? - repuso Peter.

- Además, así nos da un poco el aire. - añadió Susan.

- Como si dentro no hubiera aire. - se burló Edmund. No pude evitar soltar una risita, ganándome una mirada de complicidad por parte de este. - Venga, lánzame la pelota. -

Peter recogió la bola y la lanzó hacia su hermano. Edmund la golpeó con fuerza enviándola hacia una ventana. Esta se rompió en mil pedazos.

Nos acercamos corriendo para verlo con más detalle. - Oh, oh... - dijo Lucy sabiendo que nos habíamos metido en un lío.

- ¡Macready! - exclamó Susan cuando escuchamos unos pasos acercarse.

Todos salimos corriendo con el fin de escondernos. Recorrimos la sala hasta llegar a las escaleras. Subimos tan rápido como pudimos, intentando entrar en alguna de las habitaciones por las que pasábamos, pero todas estaban cerradas. Excepto una.
La del armario.

Who Am I | Peter PevensieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora