Y aquí vengo con mi innecesario drama :)
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Benihotaru se sentía ridículo, estúpido incluso. Sabía que era tonto que se sintiera así, pero por más que intentaba el sentimiento seguía dentro suyo y no parecía querer irse, no pronto al menos, no por una larga temporada. Cuando decían que los celos eran asquerosos, tenían razón, era de lo peor que había sentido.
Entre él y Dokugai no existía nada formal, no tenían título para el otro, tenían cierta exclusividad en especial porque ambos eran bastante quisquillosos en general. No eran una pareja como se podría decir en toda la regla de la palabra, pero estaban terriblemente cerca de ser una con todas sus acciones; los besos, los abrazos, las llamadas, regalos. No sólo tenían sexo, para ese punto de su extraña relación había algo más.
Pero al parecer sólo del lado de Benihotaru, quien en verdad se sentía miserable en ese momento y agradecía que nadie más estuviera prestándole atención o que los más preceptivos de sus compañeros no estuvieran. No quería hacer una escena de celos, menos cuando eran injustificados teniendo en cuenta que él y Dokugai no tenían absolutamente nada.
Hitoki había regresado al castillo después de una larga temporada fuera, el pequeño demonio apenas llegando se llevó la atención total de Dokugai, quien lo traía en brazos todos lados. Quien no conociera de la perversidad de Dokugai hacía los jóvenes debía estar ciego y Benihotaru bien sabía de esa filia del otro demonio. Normalmente le daba igual, Dokugai echando miradas furtivas a alguien más o comiéndoselos con la mirada no era nada nuevo o siquiera importante.
Pero eso, esa completa atención y devoción que mostraba hacía Hitoki era diferente, demasiado. Dokugai literalmente se desvivía por su compañero; dándole lo que pedía y llevándolo a donde necesitaba como si Hitoki no pudiera por sí mismo moverse.
No era humillante, sabiendo los gustos de Dokugai, pero era doloroso ver cómo tan pronto se presentaba Hitoki, Benihotaru parecía dejar de existir. Como las palabras dulzonas le dejaban y la atención dejaba de estar en él. Como podía ser tan fácilmente reemplazaba dolía. Y eso era lo humillante, lo humillante era saber que le dolía que Dokugai le cambiara.
¿En qué momento llegó a ver en esa relación carnal algo más? ¿En qué maldito momento se había ilusionado? ¿En qué momento se dejó llevar por su ilusa imaginación? ¿En qué miserable momento pensó que entre él y Dokugai podía haber algo más serio? Se estaba ablandando.
Se levantó de su asiento, desde ese lugar bien podía ver a Dokugai y Hitoki conversando, sabiendo que posiblemente las cosas escalarían a algo más se fue, no quería andar de voyeur y joderse aún más de lo que ya estaba. Había sido una terrible idea darse esa estúpida exclusividad, cuando bien el otro demonio podía cambiarle cuando le diese la gana. Dokugai no necesitaba la exclusividad y Benihotaru tampoco.
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Snow White
Fanfic"Piel blanca como la nieve, labios rojos tal cual carmín y cabello negro como la noche", es una descripción que le queda a alguien más además de Blanca Nieves.