48 horas.
48 agobiantes horas habían transcurrido desde el incidente en el viejo edificio de Brooklyn donde Steven Gallagher vivía. Sage se encontraba apoyada de brazos contra la barra de la cocina, observaba impaciente el gran reloj frente a ella y lucía realmente preocupada.
Harry no había vuelto a casa desde hace dos días, fue retenido viernes por la tarde y permanecería tras las rejas hasta que los sucesos ocurridos se esclareciesen, mientras los otros dos implicados eran interrogados. La tarde del incidente, cuando todos se encontraron fuera del edificio, no hubo tiempo para explicaciones; aun así, antes de que Harry se marchase en una de las patrullas le pidió a su novia que no fuese a verlo a la estación policial, bajo ninguna circunstancia. No deseaba que estuviese en un lugar como aquel y no deseaba que se viese más involucrada en ello.
Tuvo derecho a hacer una sola llamada y la empleó para contactar a Chad Collins. Su amigo tuvo la situación bajo control pronto y 48 horas más tarde Harry sería puesto en libertad sin cargos en su contra, pero su licencia de armas le sería confiscada temporalmente. Por otro lado, los cargos contra Rick Gallagher y su hijo fueron presentados; sin embargo, poco después de abandonar la sala de interrogatorio ambos habían tomado el primer vuelo que lograse llevarlos de regreso a Londres, claramente ganarían algo de tiempo para mover sus influencias y conseguir un abogado.
Sage no sabía cómo sentirse al respecto, era evidente que durante todo este tiempo no tuvo la más mínima idea de lo que pasaba con Harry ni de cómo las circunstancias llegaron tan lejos. Quiso hablar con alguno de sus amigos pero al parecer ninguno estaba dispuesto a dar explicaciones por él, de hecho se limitaron a pedirle que esperase a que Harry fuese puesto en libertad para que obtener las respuestas que necesitaba. Pero no podía esperar más, la incertidumbre la remecía y la imagen de su novio con un arma, apuntándole a alguien que yacía ensangrentado por golpes sobre el suelo y gritando enfurecido no abandonaba sus pensamientos.
Harry estuvo a punto de matar a alguien. Estaba claro que era por un asunto personal, la muerte de Jesse Styles para ser más concreta, pero eso no hacía que aquello pareciera menos aterrador. Sin embargo, ese no parecía ser el principal problema; ella no estaba molesta por ello, en realidad ocurría todo lo contrario. Lo que realmente le molestaba es que no hubiese tenido la suficiente confianza como para contárselo y estaba verdaderamente preocupada por cómo su novio podría estar sintiéndose al respecto. Quizás por ser un asunto personal o no desear que ella lo detuviese, no lo sabía, no sabía muchas cosas, de eso estaba segura. Sage detuvo el inconsciente movimiento de su pierna derecha y resopló mientras hundía el rostro en ambas manos. Si continuaba a la espera de que las manijas del gran reloj de la sala por obra de arte se adelantasen cuarenta y cinco minutos iba a enloquecer.
El llamado a la puerta principal la sacó de sus momentáneos pensamientos e hizo que volteara de inmediato en dirección a ella. Permaneció perpleja por unos segundos. Las ansias recorrieron su cuerpo y se vio nerviosa por asomarse, la última vez no fueron muy buenas noticias y se sentía incapaz de lidiar con más estrés. Nuevamente llamaron a la puerta. No podía ser Harry, eso estaba claro, Sage sintió su pulso acelerarse y un poco resignada caminó en dirección a la entrada principal, suspiró con pesadez y abrió la puerta.
Visualizó a una mujer de pie frente a ella, quien al verla pareció sorprendida y descontenta quizás. Sin embargo, Sage no fue muy consciente de ello y sin muchos ánimos enarcó una ceja incitándola a hablar.
—Hola—pronunció a secas mientras recobraba la compostura un poco hostil con la que se había mentalizado al llegar— Estoy buscando a Harry...—informó. Sage frunció el ceño en respuesta.
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Tomorrow [H.S.]
FanfictionCuando Harry Styles, un experimentado criminólogo de Londres, se enteró del repentino asesinato de su hermano su único objetivo se volvió encontrar al responsable; pero al mudarse a Nueva York, ciudad del crimen, no contaba con que una aventura pasa...