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Mista x Reader

¡Hola mis hermosos bebés! Mami Hoshi llegó con su regalo de Navidad. Pero lamentablemente no tuve mucho tiempo para hacerlos todos, por eso publicaré uno de sus pedidos por viernes  (bueno, hoy es martes, pero sólo es por que es noche buena) pronto me iré de vacaciones y no quiero dejarlos sin nada durante mucho tiempo. Ay, este bloqueo no me deja tranquila, pero bueno, no los aburro.

¿Creen que fueron buenos para Navidad? Pues mis adorables @Himawarichan123 y @kowourai me han pedido un Mista x tu. Son tan bellos mis retoños ♡ estoy muy orgullosa de ustedes ♡ por eso les dejo este pedido con mucho amor ♡

Tal vez era algo tonto el esperarlo todas las mañanas con su desayunos listo.
Ni siquiera eran algo, pero de tantos años de conocer a ese vago pillo y coqueto muchacho, era inevitable que no le tomaras cariño. Era inevitable el no caer perdidamente enamorada de aquella sonrisa cretina que te hacía soltar un suspiro cada vez que la pensabas. Guido Mista se llamaba, "El pistolero" le apodaban por su fama con las damas.

Como todas las  mañanas, el cantar de los pájaros era la única música que necesitabas para danzar dentro de tu pequeño negocio, yendo de un lado a otro, terminado de decorar todos los postres y dulces cocinados con tanto esmero. La crema exhibía como pinturas sobre el cafe a modo de lienzo, hermosos animales o flores, lo que sea que el corazón de sus clientes deseara ella lo retrataba con una blanca cremosidad.

Todos quienes se encontraban en aquella hermosa mañana te veían danzar en tu propio mundo, sirviendo de un lado a otro los deliciosos manjares calientes o fríos con maestría absoluta. Casi parecían deleitarse al ritmo de la tranquilidad de ese local, con su dueña de un lado a otro, mostrando esa radiante sonrisa para calentar sus corazones fríos por el invierno.

Pero por más que la humilde cafetería estuviera a reventar por la dulzura de sus postres y enigmáticos aromas del café caliente, siempre había una mesa al fondo, siempre libre y sola, con un desayuno completamente especial para sólo una única persona. Mista, Guido Mista. Ese estúpido y encantador bastardo que conocías desde tu niñez.
Tal vez era una pérdida de tiempo y recursos el imaginarlo pasar nuevamente por esa puerta, haciendo soñar la campanilla que el mismo te había obsequiado en cuanto abriste el negocio de tus sueños.
Ya había pasado mas de un año y medio desde que habías abierto este lugar, y en tan sólo unos pocos meses habías logrado un merecido reconocimiento entre los múltiples turistas y personas que vivían en la región.
Aún así, gracias al cielo que ningún problema había flanqueado nuevamente el umbral de la puerta, después de todo no sabrías bien que es lo que sucedería. Después de todo, eras la única que trabajaba allí y también eras la única que podía protegerlo, ahora que estabas completamente sola. Y con la insistencia de ese grupo por pedir el dinero por su "protección", realmente habías tenido demasiados problemas en muy poco tiempo.

Pero la mañana estaba terminando con la misma tranquilidad de todos los días, había algunos clientes que se habían quedado charlando este bello día, un fresco sábado despejado; otros preferían utilizar la tranquilidad del ambiente para leer junto a una dulce taza de café o chocolate.

Te encontrábas guardando las últimas sobras de los pasteles y varios dulces en la heladera, deseando descansar un poco en esa solitaria mesa, buscando comer el desayuno que estaba frente a ti, ya que sino, nadie más lo haría y aunque estuviera frío aún así era delicioso.