Capítulo 5

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Llamada telefónica

—¿oficial Miller?— dijo Clara alterada.

—¿si?

—Soy Clara Smith.

—¿Qué se le ofrece señorita Smith?

—Quiero reportar horribles gritos, que salen de la casa de al par —dijo muy ansiosa, suspiró.

—¿Está segura de lo que escucha?

—sí oficial, por favor, apresúrese —dijo muy abrumada.

—Voy en camino, por favor, no salga de su casa.

—Gracias. —dijo mientras vigiaba por la ventana.

Fin de llamada telefónica

Kate, empujaba cada vez más profundo, hacia girar la cruz, las esquinas de la cruz empezaban a desgarrar la delicada piel de aquella vagina.

Empezaron a deslizarse gotas de sangre por las piernas de la anciana; Kate, al ver aquel líquido brotar, se emocionó, la rubia, empujó aún más, la cruz hubiese entrado por completo, si no hubiese sido por los brazos de la cruz.

Los gritos de Maggie eran descontrolados, ella se retorcía del dolor.

Luego de unos minutos, llegó el oficial Miller, llamó a la puerta.

—Ya regreso. —dijo sosteniendo la quijada de Maggie.

Kate subió a atender a la puerta.

—Buenos días oficial. —dijo inclinando su cabeza hacia su derecha mientras sonreía.

—Buenos días señorita Ross— dijo mirando a la rubia, como si de un ángel se tratara –ando en busca de un fugitivo, y pensamos que puede esconderse aquí—

—Es imposible, todas las puertas y ventanas están cerradas— el oficial iba a hablar, pero Kate prosiguió –estoy algo ocupada, asi que...— señaló hacia afuera

—Lo siento, es mi deber revisar— hizo a un lado a Kate y entró

—¿Quiere algo de tomar?—

—Agua, por favor— el apuesto oficial, entró a la habitación de Maggie

Kate es tan dulce, tan tierna, su aspecto delicado enamora a cualquiera...

Kate regresó y le tendió el vaso con agua.

—Y...¿la señora Maggie?— le dio un sorbo al agua, en seguida, cayó al suelo

—Está mejor que tú, seguramente—

Kate tomó una soga, y ató al oficial, lo arrastró al sótano.

Ató al oficial, quien estaba consciente, pero inmóvil, a una silla.

Maggie, entre sus lágrimas, pudo ver a aquél hombre.

El timbre sonó, Kate subió nuevamente.

—Hola Kate— dijo Clara con su voz temblorosa

—Hola Clara— dijo en seco

—Kate...— la rubia la vio a los ojos –¿está todo bien?— trató de mantenerse calmada

—Sí—

—Es que, vi a un oficial entrar –titubeó.

—¿Deseas pasar? —la rubia dejó la pasada libre.

AHORA, YO CUIDARÉ DE TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora