0. Un lugar para escapar

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Festror estaba exhausto. Su respiración era fuerte, inestable. Su corazón podría estar causando temblores en el suelo sobre el cual se había desplomado.

Habría sido mejor descansar en otro lugar, pero la desesperación lo había manipulado para buscar un escape. Él se había detenido, pero no porque quisiera hacerlo, sino porque simplemente su cuerpo había alcanzado una fatiga insoportable.

Lo peor de todo para Festror, es que en todo el recorrido no había logrado estar un milímetro más lejos de aquello que le atemorizaba.  El miedo seguía allí, pisando sus talones, y la carga también estaba aplastando sus hombros aún. Nada había cambiado, sólo se había desgastado más a base de un inútil intento de escape.

Y bien, ¿a dónde había ido a parar Festror? Dependiendo de la perspectiva, en ese momento podría haber estado en un gélido y ventoso glaciar. Visto desde otro ángulo, podría ser un pequeño y verde oasis. Una simple mirada desde arriba tal vez lo hubiera hecho parecer como que estaba al lado de un un viejo árbol de la sabana. Sin embargo, visto desde el oeste tal vez el árbol era de una selva húmeda. En todo caso, su ubicación era una zona remota de este mundo, donde él había perdido la esperanza de ser encontrado. Lo verdaderamente importante es que, por más perdido que él pareciera estar, alguien lo encontró.

Quien quiera que fuese, para haber llegado a ese lugar sin rastros de heridas o preocupación, esa persona tenía que ser o un valiente aventurero, o un gran explorador. A primera vista, parecía curioso de encontrar a la particular forma de vida llamada Festror.

El aventurero había recorrido una distancia enorme también, y planeaba sentarse a descansar en ese lugar, sólo momentáneamente. Sin embargo, al momento en que vio a Festror y escuchó que hablaba como una persona, cayó al suelo en un descanso un poco más… eterno, de lo planeado.
Festror podría parecer un monstruo, pero no lo era, y le dió RCP para remediar el ataque al corazón que le acababa de provocar.

Cuando el explorador despertó, tenía tan poca energía que sólo podía mover los ojos y hablar. Comprendió que Festror era inofensivo, y le agradeció el traerlo de vuelta a la vida.

Las cosas llevaron una dirección un poco mas amistosa desde ese momento. Surgió una conversación en la que cada uno le contó al otro, un poco sobre lo que había estado haciendo justo antes de su fantástico encuentro. Festror dijo que poseía un poder que casi nadie tenía, a un nivel que absolutamente nadie igualaba. Dicho poder había sido su carga y últimamente se sentía a punto de morir por el simple hecho de poseerlo. Había estado viajando para encontrar una solución, un modo de sobrevivir. Podría simplemente liberarse, pero si dejaba su poder sin cuidado, una catástrofe sin duda se generaría.

Por su parte, el aventurero se había convertido en ello por tres motivos principales. El primer motivo era simple curiosidad; descubrir lugares, vivir viajando y sentir que lo desconocido podría convertirse en algo familiar.
Lo segundo era su introversión; nunca le gustaron las multitudes, y en todo caso, disfrutaba el desafío de resolver los problemas por su propia cuenta. La tercera razón era un poco filosófica, él pensaba que la vida era más que respirar, pensar y seguir la corriente a donde se dirigiera. El plan era sentir que la travesía llamada vida había sido aprovechada al máximo. Eso evitaría que ideas subjuntivas atacaran su mente décadas después. Al final, descansaría satisfecho gracias a todas aquellas aventuras que él mismo fabricó cuando tuvo la oportunidad de vivir.

Se escucharon mutuamente. Supieron que la fortuna les había sonreído; a cada uno de los dos, este encuentro le vino como anillo al dedo. Un sólo movimiento es lo que hacía falta, y apenas estaban conteniendo su alegría, su júbilo, su gozo, su regodeo, su regocijo…

Antes de ceder su increíble e inconmensurable poder al aventurero, Festror entró en detalles sobre sus capacidades, riesgos, compañeros y sus tres habilidades principales.

Una vez terminados los preparativos, y tomadas las precauciones, Festror se liberó, y el aventurero comenzó a notar el metafórico peso del poder. Aventurero tenía que hacer algo para aligerarse un poco.

Lo primero que hizo no fue difícil de decidir. Había un deseo que sin duda quería cumplir.

"Quiero una realidad más emocionante"

Para cumplir el deseo, lo ajustó a sus propias capacidades. No se tomó siquiera el tiempo de pensarlo a detalle, y en un momento estaba hecho algo que no podía revertir. Era algo enorme, mundial... y aún con todo el poderío que había derrochado, seguía brotando demasiado poder de su cuerpo... y el peso seguía siendo agotador.

Festror en teoría debía haber sido liberado, pero el aventurero, el nuevo administrador, en ese momento pudo llegar a experimentar la verdadera soledad. Ahora entendía porqué Festror había estado tan desesperado por liberarse unos momentos atrás.

Era el mismo problema, sólo que ahora había cambiado de dueño. Probablemente la forma en que Festror lo resolvió no fue la mejor, pero el nuevo administrador ya estaba pensando también en buscar a alguien que lo relevara. Y así, la historia se llegando a una cruel reincidencia.

Perder el poder recién adquirido estaba fuera de discusión. Esto seguía siendo por mucho lo más emocionante que le había pasado en la vida, y no lo iba a dejar ir.

Para no terminar igual que Festror, el nuevo administrador tenía que planear una mejor solución. Aún así, tomó el nombre que al parecer ya a nadie pertenecía. Con su nuevo poder inigualable, no era incorrecto renombrarse a sí mismo como "Festror". Tal vez el nuevo Festror no debía buscar un relevo completo, sino repartir un poco de poder en varios fragmentos, en varios individuos. Su plan incluiría al menos tres compañeros.

Al ser la búsqueda de la solución lo único que pensaba, llegó rápidamente al borrador final de su brillante plan. Se sentía perspicaz de sólo saber el modo en que su plan incluía todo: emoción, guerreros tenaces, tesoros escondidos, batallas extraordinarias... ¡viajes a través de lugares traicioneros! ¡¡salvajes, inhóspitos, tenebrosos, enigmáticos, deslumbrantes, nostálgicos!!! ¡¡¡constantes descubrimientos, enfrentamiento de enemigos y rivalidad entre semidioses!!!

Este era un plan épico, destinado a que todos los mortales lo admiraran durante sus vidas. Más que eso; al morir, hasta los mismísimos sabios harían que sus ánimas navegaran de vuelta a vivir, con el único propósito de de evitar que sus descendientes llegaran a olvidar el tiempo en que se forjó el nacimiento de una leyenda.

Tenía razón, porque más adelante, así fue.

Muchos años después, este momento sería recordado como el inicio de "La leyenda de los rivales eternos de Festror".

LEGADO DE FESTROR: RIVALES ETERNOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora