Tacto entre dos reinos

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La mirada del rubio se arrastraba por el cielo, preguntándose si lo que estaba haciendo era correcto. Era cierto que había investigado un montón sobre ello, buscando varias referencias e incluso hablado con personas que habían participado en ello, pero aún así tenía un miedo mortal. No era por la posibilidad de que terminara secuestrado, partido en pedacitos o atado en una sucia habitación mientras era abusado, era más que nada esa hambre voraz por sentirse lo suficientemente bueno en, básicamente, el follar.

Su ego estaba herido y con cada día iba empeorando, todo a causa de las crueles palabras del que ahora esa su ex novio desde hace un mes.

Dean, como le decían al chico, había llegado a su vida como compañero de apartamento para poder pagar la renta del piso en el que estaban, se dividirán los gastos y así Jimin podría pagar la finalización de su carrera profesional. Sin embargo, hubo una gran atracción entre los dos y al poco tiempo compartían habitación. Dean y Jimin follaban en todas partes del departamento, después de varios meses de aquello y algunas citas incomodas que terminaban en sexo, Jimin decidió formalizar la relación.

Todo iba bastante bien, eso pensaba Jimin, pero descubrió que Dean no le quería tanto como él pensaba, ya que lo engañaba descaradamente con algunos vecinos del edificio y gracias a esto hubo una gran pelea entre ellos que culminó con su relación amorosa. Y con esto, a pesar de su infidelidad, Dean no estuvo satisfecho y culpó todo el tiempo a Jimin, soltando palabras hirientes hasta las que las hicieron estar parado justamente el día de hoy. Se repetían una y otra vez en su ca cabeza,

"no sabes follar en lo absoluto, Park. Tu polla pequeña no fue agradable."

Porque si había mentido con su amor por él, posiblemente también había mentido en su placer.

Entonces estaba ahí, parado frente a una puerta, no había una gran fila de personas esperando su turno como había imaginado. Eso solo me hizo sentir más ansioso, esperaba ver hormonales desesperados y sentirse mejor sabiendo que no era el único desesperado.

Suspiró, viendo por última vez la calle y entrando al lugar con el título "sex love studio", se deslizó por la puerta hasta una pequeña sala de estar donde había una recepcionista, el lugar estaba decorado con diseños de escenas sexuales en acuarelas, no era explicito en cierta manera pero era poderoso como para entenderse; dos hombres en un clásico 69, había una pose de misionero entre una chica y un chico, algunas cosas que parecían ser de bdsm, entre otras. La mujer carraspeó para llamar su atención y él dejó de admirar el lugar para prestarle atención a ella.

─Bienvenido a Sex Love studio, ¿puedo ayudarle algo? ─había dicho, haciendo que Jimin se moviera cerca a pasos lentos fingiendo confianza.

─Soy Park Jimin, me parece que tengo una cita programada para esta hora.
La mujer movió su vista del pelinegro al computador en su escritorio, comenzando a teclear con sus largas uñas de color rosado con suarosqui; la mujer estaba muy bien vestida, era elegante y sexy pero no vulgar, Jimin estaba seguro que las mujeres trabajando en ese lugar eran Diosas de gustos sin igual, pues el porno se basaba en etiquetas proporcionales sobre rasgos físicos en específico y aunque ciertamente sabia que eran muy atractivas, el pelinegro estaba más interesado en chicos aún siendo bisexual. Había programado cita para realizar una porno con un chico, un chico pasivo, había dejado muy en claro en el cuestionario en lines que él era el activo.
Porque, la verdad era que el cuestionario había sido en demasía confuso, tenía demasiadas etiquetas y preguntas que no entendía, tuvo que buscar reiteradas veces en internet el significado de algunas -más bien todas- de las que no entendía ni la cuarta parte. Por lo que sabía gracias al cuestionario, es que tenía cita con un chico dos años menor que él, que a pesar de ser tan joven llevaba algunos años trabajando en la industria de la pornografía y que efectivamente era un gay muy pasivo, aficionado a usar cierto tipo de conjuntos demostrativos.
Aunque no conocía al chico y no pudo obtener más información de su persona, por lo que decía página, era justamente el tipo de chico que era su tipo de chico. Y eso solo lo puso más nervioso, porque si el chico era como imaginaba y tenía años de experiencia en la pornografía, seguramente era muy bueno. ¿Y si no estaba a la altura?
¡Obviamente no iba a estar a la altura!, no es un chico porno. Es un chico común terminando su carrera profesional que había sido dejado por su novio y compañero de piso que le dejó la renta completa de tres meses -aunque le dijo que la pagó- encima.

Tacto entre dos reinos | Jikook THS!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora