Pasitos de pingüino [YoonJin]

Quatorze.

- YoonGi, jamás dejaría de ser tu amigo -. SeokJin se dio la vuelta lentamente y con cuidado de no espantar más al menor. Los brazos de YoonGi seguían rodeando su cintura, y al ser de la misma estatura, no fue difícil que los brazos de SeokJin rodearan los hombros contrarios.

La primera reacción de YoonGi fue alejarse un poco, respiró pesado, pero SeokJin esperó a que tomara su tiempo para que se acostumbrara al primer contacto que recibía en mucho tiempo.

No tardaron en juntarse sólo un poquito más, para que el polerón de SeokJin fuera el pañuelo de lágrimas que soltaba el pequeño YoonGi.

Desde ese momento, SeokJin sintió el verdadero peso de cuidar al menor.

Y le gustaba el hecho de que YoonGi haya dado el primer pasito con él.

Era un granito de arena en el extenso camino que debían recorrer.

Pero lo harían juntos.

Porque SeokJin no pensaba dejarlo sólo otra vez.

El corazoncito de YoonGi latía muy fuerte, tenía miedo. Pero, el calor de SeokJin le daba una sensación agradable que jamás había experimentado. Se sentía como en casa.

Como la nieve para los pingüinos. 

SeokJin era su hogar.

Sus padres llegaron para ver la conmovedora escena y la madre de YoonGi no pudo evitar soltar lágrimas de felicidad al ver el pequeño logro de su hijo.

Yoon levantó la mirada y sonrió como siempre lo hacía en dirección a sus padres y luego al mayor, mientras SeokJin moría por dentro, porque quería decirle a YoonGi que era el ser más precioso de todo el mundo.

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