FÉNIX [larry]

capítulo nueve.

En el capítulo anterior:

[Comprobó que la sensación de estar sólo en el mundo no era para nada agradable. Miró al cielo una vez más contemplando las estrellas y la luna brillante burlándose de su soledad. rogó a un dios, rogó a sus padres fallecidos, rogó a las estrellas para encontrar a sus abuelos.
Esa noche durmió fuera bajo el frío invernal y la luz de las farolas por miedo a entrar y descubrir a sus adoraciones tirados en un gran charco de sangre.

No estaba seguro de que hacer ni sentir. No sabía si debía continuar o parar con todo de una vez por todas. y es que ¿qué hace un adolescente sólo en la vida?.

Louis no sabía que podía obtener la respuesta si buscaba un poco más... tan sólo un poco.]

El alba comenzaba asomarse por su ventana cuando sus ojos se abrieron por instinto, no se paró de inmediato.
Sacudió su rostro quitando cualquier cosa que pudiese tener antes de levantarse. Su rutina había cambiado; ahora sólo quitaba su ropa y se metía a la ducha, lavaba sus dientes ahí mismo y salía a secarse. Esta vez puso más empeño a la hora de arreglarse teniendo en mente la loca idea que habia surgido en su cabeza desde la madrugada anterior.

Se vistió con ropas cómodas y buscó la caja de listones que había sobrado desde la última vez que fue al bosque. Arregló todo y cuando estuvo listo camino con pasos más seguros que nunca al bosque.

Todo estaba igual que la última vez, mas hierbas que antes y los árboles con más hojas. El listón seguía atado pero sucio por obvias razones; caminó hasta donde el listón terminó saco la cajita y retomo camino atento a cada cosa que veía, muy curioso observando y escuchando atento cada cosa que habia en el profundo bosque.
Llegó un momento donde en serio necesitó agua tomo un par de tragos y siguió su camino sin problemas.

No fue hasta que llego a la parte oscura que decidió descansar recargado en el árbol algo mareado y escuchando los sonidos distorsionados. Pasó su propia mano por su rostro para despejarse pero de nada sirvió; consiguió levantarse nuevamente pero sus piernas temblaron y cayó inconsciente al suelo.
Era de esperarse, llevaba días sin probar ni un bocado sumido en la depresión de estar sólo, no tomaba agua y había salido a plena luz del día caminando por bastantes metros.

Louis quedó en medio del bosque como una frágil persona, delgado y con ojeras marcadas, manos temblorosas y probablemente alguna enfermedad de alimentación.

Cuando el sol comenzó a esconderse un hombre de fuertes brazos, pelo corto y oscuro, ojos tan verdes como las hojas combinados con los rayitos de sol tomó al pequeño ser entre sus brazos, la mochila que estaba a un lado de él y con esfuerzo lo llevó hasta un lugar protegido.

Al llegar; caminó bajó la mirada del pequeño pueblo al otro lado del bosque, escuchando las preguntas bajas que se hacían los habitantes los unos a los otros. Lo estaban esperando en una cálida cabaña con una fogata encendida y un olor hogareño.
Louis aún no despertó, el hombre se encargo de limpiarlo, vestirlo con ropa caliente y acomodarlo en su propia cama se encargo de preparar una sopa para cuando el chico se levantara.

Tomo un sitio a su lado y paciente espero a que el suave y débil chico recostado en su cama despertara pronto.

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:) ola