Hoy he salido a dar una vuelta, sólo porque necesito despejarme.
Necesito algo (o alguien) que me diga: "Sigues en la Tierra, estás viva. Sola, pero asquerosamente viva"
Y he recordado que tú no le temías a la muerte,
y que seguramente ahora estarías mejor muerta,
pero que el jodido destino ha sido simpático por una vez
y ahora leer tu carta no parece tan doloroso.
Y entonces he empezado a llorar bajo la lluvia:
porque ya sé qué te voy a responder.
PD: tú eras el Yin, y yo era el Yang. O al revés. Qué más da.
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Abecedario
PoesiaTuviste tantos nombres como letras tiene el abecedario. Porque tú no eras infinita. Tú elegiste no serlo.