Que hizo que?!

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- Como te llamas? -me pregunta el desconocido mientras que me acompañaba a un parque cercano en el que se habían acumulado una considerable cantidad de ambulancias

El desconocido me estaba agarrando de los codos, temeroso de que pueda caer desplomada. Muchas chicas se quedarían de que alguien cualquiera les toque...

Pero no si es un papasito de este calibre.
Rubio, musculoso, ojos verdes... azules... o grises? No sabia! Solo sabía que cuando te miraban, te arrebataban el aliento.
Tenia una camisa que le quedaba algo apretada, detonando sus fuertes y ejercitados músculos.
El chico que estaría sentado en la silla de salva vidas, cuidando de ue no te ahoges y al mismo tiempo pensando en cómo conquistar tu corazón con solo una sonrisa pícara.

Tan embobada estoy por ser abrazada por sus fuertes brazos, que apenas cuando una rescatista me toca, vuelvo a mi cuerpo y siento de un golpe todos los golpes, quemaduras y rasguños que cubren mi cuerpo entero.
Y sin hablar del frío y la pena que causaba el hecho de que lo único que cubría mi pecho, sea un mendigo brasiel.

Para el colmo un brasiel mata pasiones.

- La dejo en sus manos señora. -dice el desconocido al empezar a alejarse de mi.

- Eh?! -digo en cuanto se empieza a ir

No podía dejar ir a ese pastelito así de fácil.

- Hey! - Le llamo. Este se voltea sonriente... creo que me estoy derritiendo

- Si...? -pregunta aún con esa sonrisa y con la cara llena de algo de hollín, el cual no le quedaba mal, sino que lo hacían ver más sexi!!

- Eh, bueno. Me dices tu nombre? -pregunto intentando encontrar mi boca y decir cualquier otra frase que no tenga que ver con lo moja bragas que es.

- Primero dime el tuyo. -dice riéndose

- Bilal -es lo único que puedo responder antes de que la baba se me corra por la escultura que tenía al frente mío

- Bilal, lindo. Aunque no tan lindo como tu. Se te nota la sangre Turca. -dice mirándome a los ojos.

Gracias Allah!
Al menos no estaba mirando a otro lugar algo bajo de mi rostro...

- Ahora, me lo dices? -pregunto, sin prestar atención de que la rescatista ya está curando mis quemaduras- Tu nombre, digo.

- Marcus Hartmut -me dice ya volteando para irse- Espero nos volvamos a encontrar, Bilal.

Soy solo yo o ahí un aura de luz iluminandolo cual santo?

Tan embobada como estoy, me despido con la mano, aún cuando ya había desaparecido en la multitud de rescatistas, personas lastimadas por la explosión, personas buscando a sus familiares y mujeres con solo tirones de sus prendas.

El lugar era un caos.
Yo era un caos!
Como es que podía pensar en los músculos de un rubio?!

- Le conoces? -me pregunta la señora que me estaba atendiendo.

- Eh... no. Nos acabamos de conocer. Bueno, quizás conocer sea mucho deAUh! -me quejo al sentir el desinfectante sobre mis cortes.

- Hm, se nota que ya volviste a la tierra. -suena de la boca de un gilipollas, que crei que ya había destrozado completamente

Giro a mi derecha, viendo que Volodymyr, el maricon de cabello y ojos bicolor estaba sentado sobre una caja de la ambulancia.
Pareciera que acabara de salir de una piscina, ya que estaba mojado a más no poder...
Pero a parte de eso, nada.

Ni rasguños, ni quemaduras, ni cortes.
Ningún moretón, ninguna venda.
Solo las marcas de lo que no se limpió bien del hollín.
Era simplemente extraño que justamente el que estuviera en medio de ese infierno, estuviera tan bonito.

Besos, Celos y Tentáculos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora