Ibeke Sultan©

I. kalp

Sentados en nuestra jaula, vemos la inocente escarlata, esperemos mañana.
Ve hoy, ve hoy por la mañana...
La cicatriz picará, ríndete, pero todos los días él estará a tu lado, brillando.
Lo que un mundo maravilloso nos dio nos engañó, ahora tenemos que decidir otro plan asumiendo una causa, un sueño en el que luchamos.
Vamos, todos sentirán lo mismo.

—Mientras estemos aquí no tenemos a donde ir. Es una jaula.

Sus ojos irradiaban odio, rabia...
Esos ojos claros, pero ardientes, me han visto con sorpresa, ¿quién es ella?, de seguro sé preguntará lo mismo. Me ignora.
Todo el mundo se derrumba frente a mí, pero ella no, ella sigue en pie, caminando entre la destrucción.

Fuego, el paraíso, alguien se está incendiando, la brisa sólo se ríe.
La chica, me siento familiarizada... Me siento aturdida por la escena, sólo grita...

—¡Ahh!— Ibeke se despierta de un sobresalto gritando.
—¡Sultana! ¿está bien?
—S-sí Nurhan, sólo una pesadilla, solamente eso...

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23 de marzo de 1423

—Nurhan, prepara mi ropa.
—Sí mi sultana.
—Vaya, que pesadilla tan rara Nurhan, la chica de ojos claros, ¿la conozco? Ni siquiera me sentí familiarizada con ella como con la segunda chica que se incendiaba, bueno, está de más sólo pensar en eso, como si encontrase la razón.

Ibeke al ser preparada por las odaliscas, sale del palacio junto con Nurhan, hacia la provincia de su hermano, Ilhan.

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Esa mañana Maryam Kadɩn se dirige a los aposentos de la madre sultana.

—¿Me ha llamado mi Sultana?
—Sí Maryam, por favor, ven, sientate.
Maryam se sienta a su lado contenta.
—Por la madre buena que eres, Allah ha decidido que tú misma puedes escoger la Haseki para tus hijos. Es un regalo de Allah. No cualquiera puede escoger a su nuera.
—Que Allah siempre la bendiga, él es tan misericordioso.
—Amén. Mi Sultana, iré a ver a su hijo, él me espera.
—Está bien, te puedes retirar.
Maryam se levanta haciendo una reverencia para luego salir del cuarto de la madre sultana.
—Esto es sólo el inicio—exclamó Maryam con una sonrisa.
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Mientras otra historia pasa en el harén; Isabella hacia algunos bordados mientras cantaba algo en su idioma natal.
—είναι όμορφο το μεσημέρι... (es hermoso al mediodía)
—¿Qué es lo que cantas Isabella?—preguntó con interés Lana—Mi madre siempre la cantaba antes de irme a dormir, me ayudaba mucho.
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