e de "eres un tonto, jihoon"

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Quizás evadir sonaba fácil, y es que sí, era el mejor plan que se le podía ocurrir ¿verdad? solo debía mantenerse alejado de Guanlin. Sin embargo, el contrario parecía estar conspirando en contra de su plan maestro, porque se estaba comportando tan, pero tan dulce, que Jihoon simplemente no podía ignorarlo ¡Estaba jugando con su cabeza! sin duda estaba parado en la delgada línea entre inestable y demente, porque claro, a él aún le quedaba un poco de cordura (la cuál el lindo pelinegro estaba por desaparecer).

Al principio no sentía nada, pero con el paso de los días comenzó el latido entre nosotros.

Turtle de twice sonó en sus auriculares, haciéndolo sonrojar, porque sí, había pensado en alguien y eso no podía permitirselo ¿verdad? hasta ahora las cosas iban graves, muy graves.

Pero... (Sí. Pero.) Jihoon realmente no planeaba hacer nada más, después de todo su plan había fallado ¿no? y evadir a Guanlin no era realmente algo que quisiera hacer ahora, menos con lo lindo que se sentía cuando le hacía un cumplido o le sonreía, o cuando pasaban la tarde limpiando el salón de artes o ayudando a su profesora, aún cuando el mayor le dedicaba alguna mirada mientras dibujaba, todas y cada una de esas cosas lo hacían volar a escenarios imaginarios que, a pesar de que negaba rotundamente que fueran a suceder, le hacían sentir vivo, y sí  sonrojarse mucho también.

Esa tarde, Guanlin se había ofrecido de nuevo a quedarse con él a limpiar, la cercanía que habían mantenido las últimas semanas estaba levantando rumores dentro del salón de artes, muchas personas comenzaban a decir que ellos estaban saliendo, cosa que provocaba un poco de pánico en el menor, la gente hablaba mucho y le preocupaba que esos comentarios fueran a alejar a el pelinegro de él, porque sí, lo que menos quería en el mundo era que él dejara de sonreirle tan dulcemente como lo hacía.

- Jihoonie ¿has visto las llaves de los cajones? hace un rato las tenía...- El alto pelinegro miraba a su al rededor confundido, mirando las llaves, que estaban colgando de su bolsillo. El rubio soltó una ligera carcajada, mirando con diversión al chico frente a él.- ¿Qué pasa? ¿qué te da risa?- El alto chico hizo un puchero, llenando de ternura al rubio frente a él, que se acercó y tomó las llaves de su bolsillo para extenderselas.

Sí, ahí estaba otra de esas sonrisas.

-Eres mi angel guardián.- Guanlin habló con una sonrisa más amplia que la anterior y con sus ojos brillando.

- Tú eres realmente lindo...- Jihoon habló sin pensar, percatandose de lo que dijo unos segundos después, al notar el leve sonrojo en el pelinegro. Llevó una mano a su rostro inmediatamente, deseando tener un doraemon que le brindara un artefacto para desaparecer de ahí.- O sea... Me refiero a q-que eres muy atento y amable...- Jihoon pensó haberse salvado, pero el alto chico frente a él parecía decepcionado ahora.

!Eres un tonto, Park Jihoon! y no solo un tonto ¡Un tonto cobarde!

Se regañaba internamente, sin darse cuenta de que el mayor había puesto una mano en su cabello, dejando caricias delicadamente sobre su cabellera rubia, haciendo que sus tripas de retorcieran y que su corazón saltara de emoción.

El momento habría sido perfecto si en ese justo momento no hubiera entrado la profesora de arte y desde la puerta no se pudieran divisar sus compañeros de clase, espiando...

Jihoon de sobresaltó y apartó al pelinegro inmediatamente, viendo de nuevo esa carita de decepción que iba a terminar por romperle el corazón en mil pedacitos.

-¿Terminaron?- Habló como si nada, sonriendoles amablemente y mirando a su al rededor, y la verdad era que quizás se habían distraído un poco, porque les faltaban aún muchas cosas por acomodar. Guanlin miró a la profesora un tanto avergonzado.

-Es mi culpa que nos hayamos atrasado...-Jihoon se perdió a la mitad de la excusa, no podía dejar de mirar al más alto, una extraña sensación comenzaba a alojarse en su pecho y sintió sus mejillas calentarse.

Recordaba ese sentimiento, y le aterraba más de lo que le gustaría admitir.

Debía escapar de ahí en cuanto fuera posible.

-¡Tengo que irme ya! ¡Lo siento!- Tomó sus cosas lo más rápido que pudo, decidido a correr directo a casa de su mejor amigo para llorar en sus brazos.

Y así fue, al llegar se lanzó a los brazos de su amigo, preocupandolo en sobre manera al no pronunciar nada más que llantos y sollozos, mientras el castaño sobaba con dedicación su espalda, esperando a que se calmara.

-Dae... C-creo que... Me estoy enamorando de Guanlin...

mir(arte) | panwinkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora