Primera Impresión

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Hoseok atravesó la facultad de artes casi corriendo y mientras aumentaba el ritmo del paso miró su reloj, se detuvo y  abrió los ojos de manera cómica — no puede ser... — se lo dijo a sí mismo dando un paso más con la intención de echarse correr, cosa que sólo provocó un tonto accidente donde, desprevenido, pisó un largo y grueso cable que acomodaban los  estadiantes de teatro a las afueras del edificio de danza.

¡Hoseok cayó de bruces!

— diablos... — se sentó con el rostro fruncido del dolor, varios estudiantes que armaban un pequeño escenario y organizaban el sonido se acercaron preocupados queriendo ver los daños, pero el sólo sonrió y los alejó diciendo que se encontraba bien; miró su dolorida rodilla que sangraba, suspiró porque no era la primera vez que se lastimaba de esa manera, sólo que en ese entonces no habría sido nada como una caída involuntaria. Se limpió como mejor pudo, siempre con la cabeza dándole vueltas en el tiempo en que era débil y lo molestaban por lo mismo, se perdió por varios minutos hasta que recordó la razón antes de la caída.— el nuevo inquilino. Diablos, diablos ¡diablos! — Se levantó sacudiendo la cabeza y corrió, esta vez con más cuidado, por todo el campus hasta salir y esperar por su bus.

Mientras recorría la ciudad se imaginó con ánimo la clase de nuevo compañero que tendría de ese momento en adelante; cuando habló por teléfono con él la noche anterior le pareció una persona algo sombría, un gruñon, pero correcta al fin y al cabo, ya que al poner en alquiler la habitación disponible en su apartamento pidió una cantidad de dinero y él había ofrecido incluso más del doble de lo requerido con tal de que la casa y la misma zona fuese completamente segura.

Bueno, no entendía del todo la necesidad del sujeto de ser receloso con el asunto de la seguridad y tampoco sabía con exactitud si realmente era así, pero con tal  de tener ese dinero extra dijo lo que sea. Miró su reloj, luego a través de la venta del autobús fijándose en los alrededores y supo que pronto sería su turno de bajar, por lo que tomó su morral acomodandolo en su ancho hombro, se levantó yendo a la salida y timbró cuando fue necesario; animado bajó casi saltando deteniéndose para ver el nuevo anuncio que decoraba el paradero y que invitaba a asistir a algún próximo festival de música electrónica donde el invitado especial era un tal H.ONE, lo saltó casi de inmediato creyendolo información sin utilidad y siguió corriendo calle arriba.

El que su antiguo compañero de piso se mudara diciendo que volvería a la casa de sus padres en Busan fue algo que no pudo evitar del todo, aunque quisiera realmente hacerlo, no pudo; es decir, habría hecho mucho más para convencerlo de no irse, ya que lo apreciaba demasiado y añadido a eso era el mejor inquilino que jamás pudo tener. Él era ordenado, amable, cumplía con los pagos mensuales y ayudaba con los oficios de la casa, compartían cena o almuerzo juntos e incluso iban a la universidad en compañía del otro.

Viéndolo de esa forma, Donghwa se acercaba más a un muy buen amigo, que a simplemente un inquilino.

Pero eso no significa que con el nuevo puedas ser así. No debe ser igual.

llegó al edificio en el que se encontraba ubicado su apartamento con una espléndida sonrisa dibujada en el rostro, empujó la puerta de cristal entrando como un rayo, atravesó el lobby y tomó las escaleras en dirección al cuarto piso; ni siquiera le importó esperar por el ascensor, ya que se dijo a sí mismo de tener poco tiempo antes de que su nuevo inquilino llegara. Subía dos escalones por paso.

Al llegar a su piso recorrió el pasillo recobrando el aire, sacudió desde el cuello su camiseta blanca buscando aire y limpió con el dorso de su mano el sudor que corría por su frente; ya en la puerta introdujo la contraseña, entró quitando sus zapatos sin ver dónde estos mismos caían y cruzó el pequeño pasillo que daba a un gran salón que  estaba amoblado con lo necesario. Había un par de sillones de color naranja, una mesa centro, televisor y un purificador de aire; un comedor para cuatro personas y algunas fotografías que había tomado su amigo en los viajes que tuvieron decoraban las paredes.

Buscando su habitación caminó a paso más ligero, abrió la puerta y lanzó su morral en la cama, con la esperanza de tomar un baño antes de que llegara el sujeto que había tomado la habitación contigua; más cuando sujetó el borde de la camiseta para quitarla, el timbre sonó haciendolo deternese al instante.

— maldita, sea ¿Por qué?

Dejó de intentar y sólo se dispuso a salir cerrando la puerta de su habitación, se acomodó la camiseta y se detuvo frente al gran espejo que decoraba la pared que daba al pasillo; detallandose en el acomodó uno que otro mechón de su cabello púrpura que era un desastre y escuchó de nuevo el timbre, no una, no dos, ni tres, sino como quinientas veces en menos de un segundo.

¿por qué es tan impaciente?

— ¡Ya voy!

Pegó un gritó hacia el pasillo esperando que el ruido infernal cesara de alguna forma, más tuvo que rendirse en el intento y echarse a correr de nuevo antes de que el poco tolerante ser quemara el timbre de tanta insistidera; y una vez frente a la puerta la abrió de golpe, puesto que se encontraba a lo sumo fastidiado.

— ¡Dije que  'Ya voy' si digo que ya voy es... — enfatizaba el hecho poniendo especial fuerza en cada palabra, con una de sus manos golpeaba la palma de la otra impaciente y como si hubiese recibido un fuerte impacto se detuvo a medio hablar, se quedó en silencio pensando en palabras que pudieran describir lo que veía y al cabo de varios segundos más fue consciente de que la persona en frente lo miraba directamente en silencio también; abrumado dio varios pasos atrás buscando más distancia entre el y ese otro hombre porque  realmente no sabía qué era lo que sucedía, no lo comprendía y se sentía mareado, casi poseído y temeroso.

Cabello rubio platino largo hasta cubrir sus orejas, labios rojos gruesos, ojos rodondos grandes y expresivos, además de alto y delgado; vestía una chaqueta de cuero negra, bajo esta una camiseta sencilla de igual color, jeans negros rasgados en las rodillas y converse clásicas. La mirada del tipo pasó escanenadolo de arriba a abajo con atento cuidado y luego lo hizo de nuevo pero en sentido contrario, sintió que estaba siendo juzgado por algo ¿o quizá le era desagradable? Total, un pesado suspiro salió de su boca...

uno frío y contundente.

— Haz algo con esa herida, podría infectarse — el tipo que traía una caja entre sus manos soltó una orden de la nada, dio un paso dentro luego de decir esas palabras que no entendió al principio, sino hasta que su rodilla escocio y la miró notando que tenía la misma hecha un terrible desastre de sangre fresca y seca. Levantando la vista de nuevo lo buscó encontrando al tipo quitándose las converse con una calma inquebrantable y ese solo hecho lo trajo de vuelta en cuestión de nada.

— espera ¿tú quién eres?

— Soy con quien hablaste por teléfono anoche, te dije que me mudaria hoy. Por favor, hazlo bien de ahora en adelante. Odio tener que discutir. — Y con eso se fue por el pasillo. Hoseok se quedó mirando a un punto fijo tratando de entender al menos, pero escuchó de nuevo esa voz lenta y profunda en un tono más alto y demandante.— ¿podrías dejar de perder el maldito tiempo y venir a decirme dónde demonios está mi habitación? — él refunfuñó algo y Hoseok miró hacia dentro pensando en que definitivamente no podía dejar que se quedara

¡No podía!

Ese tipo será un completo dolor de cabeza, Hoseok, sacalo ya.

Sí, eso haría.

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HOLA, HOLA, HOLA!

2020 comienza y les traigo este especial fanfic corto como regalito; y digo especial porque perdí un juego de piedra papel o tijera contra mi hermana, so ella había elegido IWLU? Mientras que yo No Drama... En fin, ella ganó y esta es la nueva historia que les mostraré comenzando este año.

Féliz año nuevo 2020 a todas y gracias a  las personas que votan y comentan siempre, me dan fuerzas.

Espero les guste y siempre son bienvenidas/ bienvenidos

Historia dedicada a JennyKaulitz3

I WANNA LOVE... YOU? [2WON/ HyungWonho] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora