Capítulo 4

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Singto apretó la pistola en su mano derecha y apuntó, manteniendo ambos ojos abiertos, presiono el gatillo y se movió a su siguiente blanco, acertando en cada uno de los tiros. Tomo otro cargador de la mesa a su lado y continúo disparando.

—Pareces estresado —alguien habló a su lado, las palabras a penas y llegaron a él a través de los protectores auditivos que usaba —¿es por que patearon tu culo engreído ayer?

Singto trago saliva y se giró, aún mantenía su arma en alto apuntando a un nuevo blanco, uno mas duro que el de madera y probablemente ensuciaría todo a su alrededor de sangre. Aunque al hombre frente a él no pareció importarle, continúo revisando el revólver y sonrió.

—Eso fue patético padre —bajó el arma —me humilló frente a todos.

—Entonces —su padre levantó el revólver y apuntó a un lado, sin quitar la vista de Singto disparo —muéstrale quién manda —movió su mirada al blanco y negó —falle, apunte al pecho no a la cabeza.

—Un tiro limpio, si fuera una persona estaría muerta.

—La muerte Singto, es un castigo, no se supone que sea limpia, sino lenta y dolorosa —disparó una vez más antes de mirar a su hijo —que se arrastre y suplique.

Singto asintió, su padre era un sicario, el asesino principal del gran jefe, letal y cruel. Las personas temblaban solo de escuchar su nombre. La serpiente negra, nadie escapaba de él. Y él sabía que aún no era ni la mitad de bueno de lo que era su padre.

Por eso él no decía que era su hijo, quería crear un nombre por su cuenta y que las personas temblarán cuando escucharan hablar de él, así como lo hacía su padre.

Singto dejo se equipo a un lado y subió las escaleras de vuelta a la casa, tenían el cuarto de tiro en el sótano, eso era práctico, podían bajar en cualquier momento y nadie los molestaba. Pensó en las palabras de su padre, sonaba fácil para él.

Todos los respetaban y le temían en partes iguales, Singto no era un asesino, era el jefe de seguridad de una casa, su trabajo era gritarles a los patéticos hombres que trabajaban vigilando, llamarle la atención a Gun de vez en cuando y obedecer a su jefe.

Cuando llegó a su lugar de trabajo se encontró con el más patético de todos esos hombres, Krist. Sostenía un cigarro en la mano y parecía platicar de una forma muy animada con alguien.

Singto resopló cuando ese alguien quedo a la vista, Bright. Ese era el mayor defecto de Krist, podía hacer amigos en cualquier parte, era amigo de todos en todas partes. Bueno no de todos, Singto no era su amigo, y no porque Krist no lo hubiera intentado, más bien porque Singto no estaba interesado. Él no estaba ahí para hacer amigos, no necesitaba ningún amigo.

—Estoy tan asustado —Krist estaba diciendo cuando Singto se acercó, miró a un lado y comenzó a reír.

—¿No tienes trabajo que hacer? —Singto dijo en tono molesto y continuo su camino hasta el interior de la casa.

Estaba por lanzar una maldición al aire cuando miro a Gun parado frente a la ventana, con la mirada fija en el exterior. Se acercó a él y también miró hacia afuera, Krist seguía riendo y le dio un golpe juguetón a Bright, desde esa distancia, parecían coquetear con el otro.

—¿Qué hace él aquí? —la suave y baja voz de Gun rompió el silencio.

—Es su guardaespaldas —se cruzó de brazos y suspiro —su trabajo es vigilarlo en todo momento, pero parece más interesado en Krist.

***

Off intentó alejarse de Krist, se habían topado en la puerta cuando ambos estaban llegando.

Code Name: TUMCIAL (Offgun y Peraya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora